Alicante apaga la música

Este verano en Alicante apenas ha sonado la música en directo. Los grandes conciertos o los festivales son ya historia. Las únicas excepciones fueron la actuación de Bunbury en la plaza de Toros y la de Estopa en la Zona Volvo. Nada más. Una ciudad turística como Alicante ha dejado de ser cita obligada para las giras de los principales grupos de música, como sucedía en veranos anteriores. Pero ¿cuál es el motivo, por qué ha pasado esto? Por varios motivos en los que coinciden promotores musicales y organizadores de estos eventos.

La crisis ha sido letal, ya que el organizador se ha visto obligado a asumir más riesgos. “Ahora cuesta más llenar, y los costes de producción (música, escenarios o seguridad) no han bajado apenas”, admite José Tent, organizador en veranos anteriores del festival Mar y Música, en el que actuaron, entre otros, Bisbal, Hombres G, Melendi, M Clan o Nena Daconte. Pero pese a la crisis, Luis Miguel en IFA reunió a 10.000 personas hace pocos meses.

Los promotores también lamentan la falta de espacios adecuados. La plaza de toros, con el nuevo pliego de condiciones para los eventos que no sean taurinos, tiene un aforo limitado de 3.500 entradas por cuestiones de seguridad, aunque para los toros venden 10.000 localidades. Además, el negocio de la barra con las copas no está garantizado para la empresa productora. “Las condiciones son horrorosas, no te puedes arriesgar a trabajar así”, admite Lalo Díez, otro productor que organiza el Sun Festival. Este encuentro se proyectó en Ciudad de la Luz, pero la Generalitat no lo autorizó y se celebrará el 22 de septiembre en el centro comercial Panoramis, con menos aforo, unas 5.000 personas, cuando estaba proyectado para 10.000.

La Zona Volvo del puerto permitiría instalar dos escenarios y reunir a 30.000 personas, pero se enfrenta a las quejas de los hoteles próximos. “Se tiene miedo a dar un salto, a organizar grandes eventos y es una pena que esto ocurra en una ciudad con este potencial turístico”, asegura Díez. De hecho, Alicante fue pionera en varios festivales como Low Coast o Mediáti, que “pincharon” y posteriormente han triunfado en otras.

Díez apunta otro factor: “La falta de apoyo institucional, no hay una ventanilla única que felicite los trámites, por parte del Ayuntamiento todo son trabas y dificultades”, se lamenta el también exconcejal socialista. “No pedimos subvenciones, ni dinero, sino un poco de comprensión para pedir permisos y que no hagan pagar, como quieren ahora, hasta las horas extra de los policías locales o de los funcionarios”, pide Díez. “Prefiero programar en suelo privado que en público”, agrega Tent. “No quiero deber favores a nadie, y defiendo la iniciativa privada porque mi objetivo es hacer negocio y ganar dinero”.