El peor escenario posible

Por si no fueran suficientes todos los problemas y polémicas que han azotado al Athletic desde el comienzo de la pretemporada, —o precisamente por eso— los rojiblancos han firmado el peor arranque liguero en los 114 años de historia del club.

La derrota de la primera jornada frente al Betis (3-5), se vio como un traspiés duro, pero comprensible. Era el primer choque de enjundia después de una pretemporada en la que ha habido de todo, menos tranquilidad para preparar la competición. Además, la reacción de los rojiblancos en la segunda parte contribuyó a dejar cierto buen sabor de boca en la afición.

Sin embargo, el partido del lunes en el Calderón hizo sonar las alarmas. El Athletic cayó con estrépito ante el Atlético de Madrid, convertido en un auténtico coladero en defensa, y, al mismo tiempo, en un equipo incapaz de generar peligro. Era el Athletic de la final en Bucarest —también contra los madrileños— el Athletic de la final contra el Barça, el Athletic del último tramo de la temporada pasada. Era el Mr. Hyde del que hablaba un técnico del Helsinki la semana pasada, en lugar del Dr. Jekyll que maravilló a Europa en Old Trafford.

Y ese Athletic, que firmó una recta final de la pasada campaña deplorable, (desde que se clasificó para la final de la Liga Europa, cosechó cinco derrotas y un empate, con 14 goles en contra y ninguno a favor), es el mismo que está protagonizando un arranque liguero preocupante.

Bielsa deja en Bilbao a Iraizoz, Iraola, Herrera, Gurpegui y Aduriz para el partido de Helsinki

Los rojiblancos no tenían un inicio de liga tan malo desde la temporada 1980-1981. Entonces, con Helmut Senekowitsch en el banquillo, los leones perdieron por 0-1 contra el Zaragoza, en casa, y fueron goleados en la segunda jornada por el Real Madrid en el Bernabéu (7-1). El entrenador austríaco fue destituido inmediatamente tras sufrir una derrota tan abultada.

Sin embargo, hay que recordar que el curso pasado, con la llegada de Marcelo Bielsa al banquillo de San Mamés, el Athletic tampoco tuvo un arranque ideal, y también se generaron dudas. En las cinco primeras jornadas, el equipo solo consiguió cinco puntos, y tuvo que esperar hasta la sexta para conseguir su primera victoria. Los rojiblancos no pasaron del empate ante el Rayo (1-1) en la primera jornada; después perdieron ante el Espanyol (2-1), el Betis (2-3) y el Málaga (1-0); tampoco pudieron con el Villarreal (1-1) y tuvo que esperar al derbi vasco en Anoeta para ganar a la Real Sociedad (1-2). Claro que los dos goles del Athletic en aquel partido fueron obra de Fernando Llorente. Hay quienes creen los malos resultados se deben a que el equipo está acusando las ausencias de dos piezas clave como el delantero riojano y Javi Martínez, que se entrenan al margen del grupo mientras se resuelve su futuro.

Otros, más optimistas, entienden que Bielsa tiene que adaptar su esquema a la nueva situación y a las piezas de las que dispone ahora, y confían en que, poco a poco, el equipo empiece a carburar como lo hizo el año pasado.

Las dos victorias logradas en la Liga Europa —ante Slovan Bratislava (1-2) y PSG (2-0)— en la primera parte de la pasada campaña contribuyeron sin duda a mantener la fe en el proyecto del técnico rosarino.

Ahora, la competición europea puede volver a ser una fuente de confianza. La menor entidad de los rivales —el 6-0 al Helsinki el pasado jueves fue un paseo— invita a ello. Mañana los rojiblancos devuelven la visita a los finlandeses. El partido, pese a ser un mero trámite dada la diferencia de la ida, puede servir para seguir cogiendo el tono y corregir errores. Aún así, probablemente pensando en el partido liguero del domingo contra el Valladolid, Bielsa ha dejado en Bilbao a cinco teóricos titulares, como lo son Iraizoz, Iraola, Herrera, Gurpegui y Aduriz.

Javi Martínez y Llorente tampoco están en la convocatoria, como no lo han estado desde que se abriera la polémica sobre su futuro. Polémica que no durará mucho más, pues este viernes se cierra el período de fichajes y con él, acabará la pretemporada de la que prometía ser una campaña emocionante y llena de éxitos, pero que, de momento, ha tenido el peor comienzo posible.