Feijóo apura el plazo para anunciar si convoca las elecciones el 21-O
El presidente gallego debe disolver hoy el Parlamento si opta por el adelanto
Hermético hasta el último segundo, como en todas sus decisiones trascendentes. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha mantenido hasta el final el suspense sobre su hipotético adelanto electoral para hacer coincidir los comicios gallegos y los vascos, que ya están convocados para el 21 de octubre. Si su idea es llamar a votar ese día, hoy expira el plazo. Feijóo tendría que firmar el decreto de convocatoria electoral y disolver el Parlamento antes de informar a su Gobierno. Se trata de una competencia exclusiva del presidente y Feijóo ha querido evidenciar que es él quien decide después de escuchar a todos.
Anoche, ni los consejeros de la Xunta consultados ni pesos pesados del partido manejaban pistas sobre la fecha definitiva. Algún miembro de su Gobierno aguardaba una llamada de madrugada, convencido de que la legislatura tiene las horas contadas. Otros compañeros de gabinete aseguran que tratándose de Feijóo, mejor emplear el tiempo en otra cosa que hacer quinielas porque el presidente es imprevisible y no acostumbra a vocear sus planes.
Sucedió igual con la designación de su gobierno, otra de sus prerrogativas indelegables: ningún nombre salió en los periódicos hasta que él personalmente enunció uno tras otro la lista de los catorce conselleiros.
En los últimos seis días, desde que el lehendakari Patxi López agotó su margen de maniobra y le obligó a elegir entre el 21 de octubre o dejar morir el mandato hasta marzo, en medio de un clima de crispación social creciente y con su partido desangrándose en las encuestas, Feijóo ha escuchado a todo el mundo. Desde alcaldes a conselleiros o asesores y por supuesto también a los presidentes provinciales. Pero el dilema es tan complejo que durante estos días ha escuchado de todo.
Y de entre los que han salido de su despacho, colaboradores del partido y de la Xunta, parten diagnósticos variados: desde “la temeridad” que supone agotar la legislatura en este contexto a la conveniencia de hacerlo para poder reformar la ley electoral y reducir diputados para garantizar un reparto de escaños más propicio al Partido Popular primando el peso de sus graneros de votos, las provincias de Lugo y Ourense.
Dos dirigentes que le conocen bien aseguran que la decisión está tomada desde el pasado jueves. Ambas fuentes discrepan a la hora de concluir qué hará. Dan por hecho que ha informado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el interés de Génova en el adelanto. Pero poco más. El sábado el propio Feijóo comió con los cuatro barones provinciales para cerrar la decisión con la condición de guardar silencio hasta el lunes.
En ese encuentro, del que apenas han trascendido detalles, Feijóo no se limitó a exponer una decisión cerrada sino que volvió a pedir opinión al resto de comensales: los cuatro presidentes provinciales, el de A Coruña, Carlos Negreira; el de Lugo, Xosé Manuel Barreiro; su homólogo en Pontevedra, Rafael Louzán, y el de Ourense, José Manuel Baltar. Tras esa cita, el presidente zanjó la solución al debate que prevé anunciar a lo largo del día de hoy.
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