El juez vuelve a Las Quemadillas para ratificar pruebas

José María Sánchez de Puerta, abogado de José Bretón, acusado de la muerte y desaparición de sus dos hijos, Ruth y José, sigue aferrándose a los primeros informes de la policía científica que descartaban que los huesos hallados en los restos de una gran fogata en la finca cordobesa de Las Quemadillas perteneciesen a los niños. Sin embargo, dos informes han determinado que son humanos y encajan con las características físicas de los pequeños.

El juez instructor del caso, José Luis Rodríguez Lainz, tiene previsto el martes un nuevo rastreo en la finca de Las Quemadillas para "comprobar si una mesa de hierro ha sido sometida a la acción del fuego o si la tierra que estaba debajo de la hoguera ha sido incinerada y hay restos de gasóleo". Para ello, se "excavará más para comprobar si existen restos".

Sánchez de Puerta reiteró que en el fuego no se encontraron "indicios de sustancias activadoras de calor en la hoguera". Y eso a pesar de que se ha demostrado que Bretón compró poco antes de la desaparición de sus hijos 140 litros de gasóleo.

El representante legal de Bretón descartó que "haya habido error de la Policía Judicial". En cambio, sí apuntó a un posible "error en el informe del antropólogo". El letrado sigue defendiendo que su cliente "dice la verdad y no hay una prueba contundente de que ha intervenido" en la supuesta desaparición, por lo que sigue "creyendo en la inocencia" de su defendido.

En los atestados policiales se insiste en que, "entre sus cenizas, se han hallado huesos de animales requemados y carente de cualquier rasgo de tejidos". Pero los investigadores siempre han tenido entre ceja y ceja el enorme incendio que Bretón decidió prender el mismo día en que desaparecieron sus hijos. Los informes policiales destacan "las dimensiones que tomó el fuego, ya que incluso fue detectado por el dispositivo de vigilancia contra incendios, cuya torre de vigilancia está situada en un punto ubicado a varios kilómetros de distancia".