El anillo ferroviario de Antequera avanza entre una maraña de pleitos judiciales

El futuro Centro de Tecnologías Ferroviarias de Málaga, cuya infraestructura estrella es el llamado anillo de ensayo y experimentación de Antequera —un circuito de 58 kilómetros de longitud por el que trenes en pruebas podrán circular a 520 kilómetros por hora— sigue sus trámites administrativos entre una maraña de pleitos judiciales. Seis procedimientos en distintos juzgados interpuestos por afectados por las futuras expropiaciones de terrenos en la Vega de Antequera ensombrecen un proyecto de 400 millones de euros que ha avanzado a enorme velocidad en los despachos.

La tramitación administrativa del anillo ferroviario se ha hecho quemando etapas. El Ministerio de Fomento sacó a concurso entre junio y noviembre de 2011 la redacción de los proyectos de construcción de los cinco tramos del circuito como de las instalaciones de ensayo y experimentación asociadas a éste. Las licitaciones de estos proyectos, por un valor conjunto de cinco millones de euros, se realizaron antes de contar con el proyecto básico —teóricamente previo— que se adjudicó en marzo de 2011 con un plazo de ejecución de diez meses. Los cinco proyectos del anillo salieron a concurso antes de publicarse en el Boletín Oficial del Estado la preceptiva Declaración de Impacto Ambiental, que resultó favorable con una serie de condiciones.

Las licitaciones de estos proyectos se realizaron antes de contar con el proyecto básico

Antes incluso de que el extinto Ministerio de Medio Ambiente realizara la declaración de impacto del anillo, el ente público Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) adjudicó en octubre de 2011 la construcción de las instalaciones anexas al circuito de alta velocidad. Este centro, situado junto a la estación de Bobadilla-Antequera, tendrá un coste de 9,5 millones y un plazo de ejecución de 12 meses, también muy acelerado.

El circuito ferroviario tendrá 57,9 kilómetros de longitud y afectará a Antequera, Humilladero, Mollina y Fuente de Piedra (Málaga) y Benamejí (Córdoba). Una plataforma de afectados por las expropiaciones denunció a Adif en el juzgado de Instrucción número 2 de Antequera al entender que el procedimiento administrativo seguido en el proyecto contiene irregularidades. La más seria tiene que ver, según el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Málaga, Ángel Sánchez Blanco, con la vulneración del Plan Especial de Protección del Medio Físico de la provincia de Málaga y el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía, ambos vigentes desde 2007.

El titular del juzgado admitió a trámite la denuncia por supuesta prevaricación el pasado diciembre. Sin embargo, al contrario que ha ocurrido con el procedimiento administrativo, desde entonces las diligencias judiciales apenas han avanzado. “El único trámite procesal hasta el momento ha sido pedir a los 43 afectados que se ratifiquen en la denuncia. Todos lo han hecho”, afirma el abogado José María Vergara, que representa a los denunciantes. El letrado de Adif solicitó el sobreseimiento de las actuaciones pero se ha desestimado, afirman fuentes judiciales. En el ámbito penal, otros afectados interpusieron otra denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Málaga.

El resto de causas judiciales pertenecen a la jurisdicción contencioso-administrativa y tienen que ver con la aprobación por silencio de diferentes actos relacionados con el proyecto y, especialmente, con la luz verde que se dio a la Declaración de Impacto Ambiental. Estas causas, abiertas en la Audiencia Nacional, siguen su curso, pero la jurisdicción contenciosa acumula grandes retrasos.

Otra cuestión es la rentabilidad económica del anillo ferroviario, cuya construcción generará, según Adif, 4.800 empleos directos y otros 2.404 indirectos o inducidos. Los estudios de Adif indican que la infraestructura tendría un coste de mantenimiento anual de 3,63 millones, mientras que los ingresos alcanzarían los 4,28 millones con unas condiciones difíciles de cumplir, como que el circuito funcione 240 días al año durante ocho horas diarias.