Elegir pareja
Trias debería tomar una decisión aristotélica: no pecar ni por exceso ni por defecto
Los alcaldes tienden a pecar de soberbia. “Un alcalde no es el presidente de un gobierno, tiene mucho más poder”, suelen decir cuando están en mayoría precaria. Es una afirmación que, aun siendo cierta, se recita para encubrir las limitaciones de unos resultados electorales que pudieron haber sido mejores. Lo hizo el alcalde Jordi Hereu, cuando disponía de 18 concejales (los del PSC, más los ecosocialistas). Y lo hace Xavier Trias, que lidera el gobierno municipal más precario de la historia: 14 ediles, a siete de la mayoría absoluta.
Desde que inició su andadura, el equipo de gobierno de Trias ha evitado tomar grandes decisiones. Del orden del día desaparecen en la víspera de la votación los asuntos polémicos. Es una manera de no mostrar la propia debilidad. Pero una ciudad debe funcionar y ahí están encima de la mesa tanto el Plan de Actuación Municipal —la hoja de ruta del mandato— como los presupuestos para 2013.
Hoy en estas páginas tanto el líder del PSC, Jordi Martí, como el del PP, Alberto Fernández presentan sus credenciales al pacto. Trias deberá tomar una decisión aristotélica: no pecar ni por exceso ni por defecto con sus pactos. El socialista Jordi Martí es un jefe de filas desconocido por la ciudadanía. Según el barómetro municipal del pasado mes de junio, únicamente el 40,3% decía saber quién era. Martí se ha fijado como objetivo salir del anonimato para la mayoría de barceloneses, aun a costa de enfrentarse con su propia federación del PSC, que se opone a cualquier pacto con CiU. Martí arriesga en medio del desconcierto que impera en el Partit dels Socialistes.
El popular Alberto Fernández-Díaz, por su parte, vio truncada su pretensión de ser teniente de alcalde en enero de este año. El Gobierno de CiU tiene al PP como socio preferente y ha cerrado acuerdos con los populares en Badalona, Castelldefels y la Diputación de Barcelona. Pero no podía permitirse un gobierno de coalición en la capital de Cataluña con quienes recurrieron el Estatuto. Así que, pasado un año de las municipales, las espadas siguen en alto y Trias deberá decidir entre una pareja de baile estable o un agitado cambio de pareja.
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