Denuncia por expolio en cuatro enclaves arqueológicos
La asociación cultural con sede en Viveiro destaca el robo de una rueda de molino del gran castro costero de Carreiro, en Foz
En la comarca de A Mariña lucense, los ladrones arrasan hasta con los yacimientos arqueológicos. El pasado viernes, la asociación cultural Mariña Patrimonio puso en conocimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona, de la Guardia Civil, en Ribadeo, el expolio al que se están viendo sometidos varios enclaves castrexos y romanos de la zona.
En concreto, la asociación cultural con sede en Viveiro destaca el robo de una rueda de molino del gran castro costero de Carreiro, en Foz, que fue descubierto e inventariado —y en consecuencia protegido— por Patrimonio el pasado mes de marzo. “Un vecino avisó de la desaparición de la pieza”, aclara Manuel Miranda, portavoz de la agrupación. Tras una visita para comprobarlo, recuerda resignado cómo su grupo descubrió más excavaciones ilegales.
A escasa distancia del de Carreiro, en el castro de Fazouro, que está a punto de ser designado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Xunta, se detectó que los pescadores que van con caña están retirando las piedras que conforman el enclave arqueológico. “Son piedras que cogen para sujetar las cañas”, describe Miranda, y objeta que “no estaría de más poner un cartel que advierta que no se puede destrozar el yacimiento”.
Miranda aprovecha para criticar a la Xunta, que “no hizo nada pese a que se veía tierra removida en varios de los enclaves”. En Pampillosa, con “importantes” restos romanos en las paredes de los acantilados, los ladrones “estuvieron excavando y seleccionando lo bueno y lo malo, y lo malo son unas antiguas tejas romanas que aparecieron amontonadas”. Miranda no sabe qué material se pudieron llevar del lugar, aunque sospecha que puede tratarse de las cerámicas que los romanos importaban desde el sur de Francia.
En la zona de Viveiro, el colectivo denuncia el estado de abandono en el que se encuentra el yacimiento de Estabañón, romano y medieval, después de que un proyecto multimillonario de Costas —3,8 millones de euros— no cuajase y su intervención “solo sirviese para deteriorarlo”. Según Miranda, la caída de las vallas protectoras y las excavaciones sin cubrir facilitan la labor a los expoliadores. Ahora la asociación está a la espera de la actuación del Seprona, aunque augura que será “dificil que se pueda coger al que lo hace”.
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