El turismo obvia la crisis en Cataluña y rebasa los dos millones de visitas en julio

La industria turística catalana puede respirar tranquila. Incluso aplaudir. Las estadísticas del mes de julio dejan sin sentido el escepticismo con el que los operadores arrancaron la temporada estival, cuando vaticinaban un estancamiento de la llegada de turistas como consecuencia del negro contexto económico que asola Europa. Las cifras de Frontur aseguran que el mes pasado fue el mejor desde que en 2007 estallara la crisis, al rebasar por primera vez desde entonces los dos millones de turistas extranjeros (2.026.728 visitantes) en un solo mes, según los datos de Frontur.

Ninguna otra comunidad supera el crecimiento de turistas cosechado en Cataluña, arrastrado por el impulso de mercados tradicionales —Gran Bretaña, Francia y Alemania— y otros más recientes como el ruso. Gracias a ellos logró en julio un alza del 9% y acumula en lo que va de año el 11,5% de crecimiento, hasta alcanzar los 8,4 millones de turistas.

Los de Cataluña son datos muy superiores a los obtenidos por el conjunto del territorio español, donde el alza mensual fue del 4,4% y la variación interanual del 3,3%, hasta alcanzar los 32,86 millones de visitantes. Ese dispar crecimiento hace que crezca también la proporción de turistas que optan por Cataluña cuando se deciden por España: el 25,6%. El segundo mercado receptor es el balear (5,88 millones de visitantes), seguido por el canario (5,8 millones) y el andaluz (4,3 millones).

El aumento generalizado del turismo extranjero permitirá aliviar la caída del turismo interno en España, frenado en el gasto por la alta tasa de paro y de una significativa reducción de su capacidad adquisitiva. La Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera publicada este miércoles por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo apunta que los países nórdicos y Alemania siguen fijándose cada año más en España como destino, aunque sorprende el acusado aumento del 15,3% de turistas estadounidenses.

El turismo, que se autoproclamó locomotor de la economía española después del crecimiento que experimentó en 2011, vive un año de claroscuros en el que los turistas externos suponen un halo de luz mientras que los españoles ensombrecen los resultados. La tónica de aumento de viajeros foráneos sigue la estela de los años 2010 y 2011, con incrementos continuados de llegadas exteriores. La oferta de sol y playa, preferiblemente en un viaje organizado, es la principal atracción.