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Julia Lezhneva: “A los 11 años sabía que sería cantante”

La joven soprano rusa clausura el Festival de Torroella de Montgrí

La soprano rusa Lezhneva en Torroella.
La soprano rusa Lezhneva en Torroella.TONI LEÓN

Tras su enorme éxito en el Festival de Salzburgo junto a Plácido Domingo, Julia Lezhneva, el último gran descubrimiento de la lírica, pasa por el Festival de Torroella de Montgrí para clausurar su programación.

Nacida en 1989 en la isla de Sajalin, al norte de Japón, frente a las costas de Siberia, “un lugar terriblemente frío” —recuerda—, poseedora de un hermoso rostro que la asemeja a una madonna renacentista, Lezhneva, hija de padre moscovita y madre tártara, aún no es una cantante de ópera totalmente formada: todavía es puntual, tiene paciencia con la prensa, no le importa responder una y otra vez a las mismas —inevitablemente tópicas— preguntas y se muestra locuaz y confiada.

Lezhneva es un caso evidente de precocidad. Siempre mostró afición por el canto; a los 10 años empezó a tomar clases y “a los 11 años sabía que sería cantante”.

Fascinados por la belleza de su voz y las posibilidades que intuían en ella, la nómina de sus maestros es impresionante: Elena Obraztsova le enseñó a respirar, Dame Kiri Te Kanawa opina que es la soprano actual con más claro futuro y Giovanni Antonini le enseñó a frasear en italiano, pero Lezhneva reconoce a Marc Minkovski como su principal padre artístico, “él me enseñó a sentirme cómoda al lado de la orquesta, a respirar con ella”.

La cantante aún no ha cumplido los 23 años, pero ya ha actuado en prestigiosos teatros, acaba de firmar un contrato en exclusiva con Decca y su primer disco en solitario, un recital con arias de Rossini en el sello Naïve, fue galardonado con un Diapason d’Or. No tiene compromisos operísticos inmediatos en España, pero reconoce: “Ha habido conversaciones con el Liceo para cantar Desdemona en el Otello de Rossini en 2015, pero son solo conversaciones y aún no hay nada firmado”, se apresura a añadir, prudentemente aconsejada por su mánager. Sus compromisos inmediatos en España pasan por Barcelona con un concierto en octubre en el Auditori y la grabación de un nuevo disco dirigido por Antonini “con un programa barroco muy atractivo e inusual”, pero del cual —sin que el mánager le tenga ya que decir nada— no aporta más detalles.

La crítica aún no se ha puesto de acuerdo en si su voz, de prestaciones extraordinarias, con un diafragma ágil como una liebre que le permite enfrentarse con facilidad a las altas exigencias de agilidad del canto barroco o rossiniano, es una voz de soprano o de mezzosoprano de coloratura. Ella, sin embargo, lo tiene claro: “Yo, de modo natural, soy soprano, pero muy a menudo me siento cómoda en papeles de mezzosoprano”.

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No quiere quemar etapas: “Me gustaría poder cantar La Cenerentola, de Rossini, siempre fue un sueño para mí, pero aún no es el momento. El primer acto es demasiado grave para mi voz actual”. Esta cantante muestra también preferencia por Mozart: “Me gustaría poder cantar Susanna [Le nozze di Figaro] y Zerlina” [Don Giovanni]. Es consciente de que su voz aún no está totalmente formada y que crecerá con los años y se hará más ancha, “pero quiero ser muy cuidadosa y espero no perder agilidad ni frescura”. Desde que en 2010 su nombre saltara a la fama, su vida ha cambiado y sabe que está a punto de ser una estrella, pero es consciente de que en el camino que conduce a la fama también ha perdido algo: “Echo mucho de menos el contacto con mis amigos”.

Lezhneva ha actuado en España en tres ocasiones y opina que el público español “es el mejor que se pueda desear por su calidez”. En Torroella de Montgrí, acompañada al piano por Michael Antonenko, presentará, junto a piezas de los autores que le están dando fama como Rossini y Bellini, un programa centrado fundamentalmente en lieder de Schubert y Schumann, una asignatura que sabe pendiente. “Sé que tengo que perfeccionar mi alemán; el texto es fundamental en este género. Vocalmente, y también porque me gusta profundamente, el lied es un campo en el que tengo aún mucho por explorar y, por ello, me siento afortunada de tener la oportunidad de presentar este programa en Torroella”.

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