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DÍAS DE DIVERSIÓN

La sabana se fusiona con el mar

Un rinoceronte, una jirafa y un león desfilan junto a la ballena Baly por las calles de Bilbao

El rinoceronte, novedad de este año del desfile de la ballena, recorre la Gran Vía de Bilbao.
El rinoceronte, novedad de este año del desfile de la ballena, recorre la Gran Vía de Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

—¿Ya?

— No.

— ¿Ahora?

— No.

—¿Cuándo?

— Cuando vengan.

Asier, de tres años, esperaba junto a sus padres en primera fila de la Gran Vía de Bilbao lo que se ha convertido en uno de los principales actos para niños de la Aste Nagusia, El vuelo de la ballena, el desfile que recorre la principal arteria de la ciudad con una pléyade de animales marinos y este año como novedad acompañados de otros procedentes de la sabana. Asier no aguantaba más la espera y vació su bolsa de confeti antes de que empezaran a sonar los tambores de la formación italiana Sbandieratori di Firenze que abrieron el desfile y, desde luego, sin hacer mucho caso a las recomendaciones de su madre de no lanzar los papelitos antes de tiempo.

Minutos antes de que la ballena Baly y su peculiar familia, compuesta por un pulpo, un txangurro y su bebé y un besugo, atrajeran las miradas de niños y adultos, miles de familias guardaban sitio en la Gran Vía. La cuenta atrás pasaba mientras los pequeños mordisqueaban los bocatas de la merienda, apuraban bolsas de gusanitos y patatas o se llevaban a la boca algún tipo de gominola.

Unos exploradores precedieron a las nuevas incorporaciones

Los primeros gritos comenzaron cuando 10 minutos antes de la hora acordada dos camiones lanzaron bolsas de confeti a los asistentes y algunos lo confundieron con el inicio del desfile. Tan importante parecía conseguir un buen hueco a ambos lados de la calle como hacerse con una de las bolsitas entre los saltos y brazos de padres y de algunos niños. Incluso los hubo que salieron corriendo tras el camión en un intento desesperado de hacerse con el botín.

“Ya empieza, ya empieza”, gritaban algunas madres a sus hijos, tal vez incluso más nerviosas que los propios niños. “La ballena, la ballena, la ballena”, canturreaban los niños mientras se asomaban ansiosos al extremo de la calle para comprobar si todo se desarrollaba según lo previsto. Los componentes de Sbandieratori di Firenze se llevaron los primeros aplausos al lanzar por los aires y recoger como si tal cosa las banderas que previamente habían agitado. Los gritos y los movimientos compulsos de los niños comenzaron a multiplicarse, ya podían divisar como Baly se acercaba.

Si Asier, un apasionado de los animales, según su padre, esperaba con locura la llegada de la jirafa y el rinoceronte, Ainara, de siete años, acompañada por sus primas, aseguraba que su personaje favorito era la ballena Baly, aunque no le hizo mucha gracia el chorro de agua con el que les recibió el animal.

Como ya es tradición, el Orfeón San Antón Abesbatza, compuesto por 40 personas acompañó a la ballena, mientras que la formación Sama Siku precedió al bebé txangurro a lo largo del desfile. Al paso de cada animal, los niños tomaban la calzada con la intención de tocarlos o al menos verlos de cerca o intentar coger los redondeles de papel que el pulpo expulsaba por los extremos de sus patas.

Las nuevas incorporaciones no defraudaron. Unos exploradores anunciaron la llegada del rinoceronte, la jirafa y el león. La sabana africana llegó al centro de Bilbao mientras miles de niños jaleaban y miraban emocionados a sus padres.

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