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Una trayectoria a sangre y fuego

Antonio Ferrera abre las corridas de a pie de la Aste Nagusia

Morante de la Puebla durante la pasada feria de Bilbao.
Morante de la Puebla durante la pasada feria de Bilbao.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

El rostro de Antonio Ferrera ya no refleja su infantil imagen de las primeras actuaciones de matador. Su cuerpo esconde una treintena de cornadas con las que ha ido fraguando una respetable trayectoria desde que tomara la alternativa en 1997.

La cifra resulta escalofriante. Su bautismo de sangre, como se denomina en el mundo de los toros a la primera cornada, lo tuvo en Euskadi, en una novillada sin picadores en Llodio; alternaba con otro gladiador, Rafaelillo, el día de San Roque de 1993. Ferrera aún recuerda esa tarde en la que paseó las dos orejas del novillo antes de ser intervenido en la ambulancia de aquella plaza portátil.

El pacense, de Villafranco del Guadiana, aunque accidentalmente nacido en Baleares, será el primer torero de las actuales Corridas Generales después del aperitivo de los rejones de ayer. A los toros de la ganadería de La Quinta no se han apuntado las figuras; saben que los santacolomas de Álvaro Conradi se mueven y presumen emoción, dos características de las que huyen las figuras. Por ello, Antonio Ferrera alternará con Eduardo Gallo, recuperado tras su buen inicio de campaña y que ya sabe lo que es cortar orejas en Bilbao, una plaza donde acarició el triunfo. El salmantino ahora es otro torero, más cuajado y con un invierno en América que le ha dado un poso distinto.

Con ellos, el burgalés Morenito de Aranda deberá pisar el acelerador para no caerse de las plazas que este año han apostado por él.

Será la primera de las ocho tardes para los de oro, entre las que destaca la única actuación de Morante de la Puebla el martes, con el mismo hierro con el que abrió la puerta grande hace un año. El sevillano no ha querido anunciarse dos tardes y será uno de los momentos estelares de la Aste Nagusia taurina.

En el plano ganadero, las corridas de hoy, La Quinta, y mañana, Fuente Ymbro, y las dos últimas del ciclo, con Alcurrucén y Victorino, son las preferidas por los aficionados, mientras que el reclamo de las dos tardes de Talavante, el torero en mejor forma de la temporada y el doblete del local Iván Fandiño son otros de los alicientes.

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La ausencia de José María Manzanares, lesionado, y la de Sebastian Castella son las únicas destacadas, ya que el resto de figuras tienen su hueco, con Enrique Ponce, si finalmente se recupera al cien por cien, en un interesante cartel el próximo sábado.

Las dos tardes de El Juli, una supliendo a Manzanares, y las de David Mora son otros de los reclamos de una semana que estará marcada por la influencia de la crisis en las taquillas. No se verán los llenos de hace unos años y habrá varios días en los que las entradas pasen por poco de la mitad del aforo. No están los bolsillos como para repetir muchas tardes con los precios que hay en toda la geografía taurina y Bilbao no será una excepción.

La promoción de última hora de poner las entradas a mitad de precio para los menores de 30 años algunos días es un acierto, aunque habrá que esperar que llegue a tiempo y que sea la primera acción de promoción de las que necesita la fiesta para mantener el nivel de espectadores de los últimos años.

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