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FESTIVAL ROTOTOM SUNSPLASH

La vida rasta acampa en Benicàssim

El futbolista Marcos Senna abre el Foro Social del Festival Rototom Sunsplash con una charla sobre deporte y solidaridad

Asistentes a uno de los primeros conciertos del Festival Rototom Sunsplash, ayer por la tarde en Benicàssim.
Asistentes a uno de los primeros conciertos del Festival Rototom Sunsplash, ayer por la tarde en Benicàssim.ÀNGEL SÁNCHEZ

“Muchos me conoceréis por el fútbol, pero no sabéis mi historia. He tenido la oportunidad de ganar una Eurocopa con España, pero yo nací en una favela y jamás me imaginé esto”. Quien habla es Marcos Senna. El jugador del Villarreal CF fue el encargado de abrir este año el Foro Social del Rototom Sunsplash, el festival de reggae más importante de Europa. Porque en el recinto de festivales de Benicàssim por donde hace poco pasaron los fibers primero y los amantes del rock y del metal después, no solo tienen protagonismo los ritmos jamaicanos. Senna abrió el foro contando cómo el deporte puede servir también como motor de inserción social. Tras él, la carpa acogió un debate sobre Internet y democracia en el que participaron el jurista italiano Stefano Rodotà, el escritor Juan Gómez y, por videoconferencia, el fundador del Partido Pirata sueco, Rick Falvinge. En los próximos días pasarán el filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman y el director de la versión española de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet. Y también alguien que de momento ha despertado cierta incomodidad en el ámbito institucional: el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo.

“No viene a hablar de los asaltos a los supermercados, sino a hablar de la experiencia de su pueblo. Los recientes acontecimientos han sido algo puntual y, conforme a nuestra filosofía de no violencia, mantendremos su presencia”, explicaron desde la organización. Así, Gordillo estará en Benicàssim el próximo miércoles. “Sólo valoraremos su exclusión en caso de que se repitan los hechos y vaya en contra de lo que representan los valores del Rototom”, apuntaron. Su presencia se confirmó en junio. Estos valores de los que habla la organización están presentes desde la entrada al recinto de conciertos en el que se pueden leer frases de Rigoberta Menchú, Gandhi, el Dalai Lama o Shirin Ebadi, la premio Nobel de la Paz que pasó por la última edición.

A las cuatro de la tarde, cuando aún quedaban horas para que empezaran los conciertos, ya había gente en el recinto para participar en los talleres, conferencias y actividades que ofrece este festival. Gemma, una joven barcelonesa de 31 años, escuchaba con atención una charla sobre terapias naturales. “Ahora voy a festivales con una temática espiritual como este, además tengo tres hijos y vengo encantada por el espacio dedicado a los niños”, dice. Habla de Mágico Mundo, un lugar en el que niños y padres construyen sus propios juguetes.

En otro punto del recinto, David y su novia esperan el inicio de los conciertos. “Vine el año pasado y este estoy como voluntario”, dice David. Su indumentaria le delata como amante del reggae. Para su novia la experiencia es distinta. “A mí lo que me gusta es la música electrónica, pero lo que estoy viendo me está gustando y aunque el reggae no me va ya me he marcado mi agenda de talleres”, destaca.

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