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Aluvión de críticas a la policía por la detención de un reportero

El fotógrafo cubría la llegada de los medallistas olímpicos

Concentración de periodistas delante del edificio de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra.
Concentración de periodistas delante del edificio de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra.SALVADOR SAS (EFE)

Hasta cuatro agentes de la policía nacional se emplearon el lunes con dureza para reducir a un fotógrafo del Diario de Pontevedra tras una supuesto cabezazo de este a uno de ellos en el tumulto formado con la llegada de los deportistas pontevedreses que participaron en los Juegos Olímpicos de Londres al aeropuerto de Vigo. Ninguno de los colegas del acusado, Rafa Estévez, ni los políticos presentes durante el suceso consultados por este periódico pudieron ver tal agresión. Tras pasar más de tres horas en comisaría, el fotógrafo acudió ayer a Vigo para un juicio rápido, que se saldó sin acuerdo y requerirá de nuevas diligencias. Estévez acudió por la tarde a un centro médico para un examen y pedirá que se periten los daños a su cámara, dañada durante el placaje.

El mayor revuelo se creó, según un testigo, cuando el canoísta David Cal atravesó la puerta para saludar a sus familiares, en medio de un acto en que los policías apartaban indistintamente del medio a simpatizantes y profesionales. “Pudo haber un golpe con la cámara o el codo, pero nunca una agresión”, señala este testigo, en línea con lo que apuntó el regidor pontevedrés, Miguel Anxo Fernández Lores, presente en Peinador. “No sé si hubo algún empujón en la vorágine de sacar fotos, pero no se merecía la detención, ni mucho menos considerarlo un agresor”, defendió el alcalde, quien reseñó que los agentes se negasen a darle información, con una actitud “desagradable”.

El suceso suscitó ayer la protesta de un centenar largo de colegas del acusado, que se concentraron en Pontevedra para protestar por la “desproporcionada” intervención. El Colexio Profesional de Xornalistas criticó la “humillación innecesaria, la venganza inmediata e in situ, sin importar quién esté delante" contra el fotoperiodista. “Si esa actitud se da en pleno día, en un lugar público y con esos testigos de excepción, qué no pasará en otras circunstancias”, censuró. El comité de empresa del periódico pontevedrés pide además la dimisión del subdelegado del Gobierno, Antonio Coello, también presente el lunes en Peinador, por no dar explicaciones.

La única reacción de la Subdelegación del Gobierno fue un comunicado, en el que asegura que el acusado dio a un agente “un cabezazo que le alcanzó en la zona de la boca y nariz” y asegura que el funcionario tuvo que ser atendido en el sanatorio de Fátima de Vigo. También sostiene que las fuerzas de seguridad “no interfirieron en el trabajo de los medios de comunicación”.

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