Serio aviso en el camino hacia Europa

Estaba la eliminatoria encarrilada, pero no sentenciada, a pesar de que el Athletic creía más en lo primero y se equivocó. Lo pagó caro, con un sufrimiento inesperado frente al modesto Slaven croata. Al final, el resultado benefició al equipo grande, como casi siempre ocurre en el fútbol, y los de Bielsa, pese al juego ramplón que exhibieron ayer en Koprivnica durante la primera mitad y buena parte de la segunda, disputarán la última previa de acceso a la Liga Europa. Opciones intactas aún, pese al aviso, de mantener la presencia continental y disputar la competición que tantas alegrías brindó la pasada temporada a la afición rojiblanca.

Nada tuvo que ver el partido de ayer con el de la semana pasada en San Mamés, pese a que el reparto de protagonistas era casi idéntico. En el equipo titular del Athletic, solo Ekiza sustituyó a Ramalho. Sangre joven para frenar el ímpetu inicial que se esperaba de un conjunto local que no defraudó y mostró una actitud bien distinta a la de hace una semana. Incisiva desde el primer minuto, su predisposición contrastó con la de un equipo rojiblanco carente de ritmo y combinaciones en la primera mitad, que subsistió a base de balones aéreos que en rara ocasión encontraron el rematador que buscaban.

Lo que inicialmente se asemejaba a un comienzo de tanteo derivó en un dominio del Slaven que se consolidó con el paso de los minutos. Las ocasiones locales, tímidas en un comienzo, no tardaron en proliferar. Hasta que Maras, camino de la media hora, aprovechó una falta en la media luna del área para superar la barrera rojiblanca y batir a un Iraizoz lento de reflejos. El gol confirmaba los peores presagios y amenazaba una eliminatoria que incluso pudo voltearse antes del descanso, con un certero remate al poste de Puric en las postrimerías.

Llegó vivo el Athletic a los vestuarios, pero sin ganas de disgustos inesperados. Bromas las justas, debió de pensar Bielsa, quien decidió quemar sus cartuchos en el descanso, al dar entrada de golpe a Llorente, Muniain y Ruiz de Galarreta. Fue pisar el césped y besar el santo. Ni un minuto había transcurrido de la reanudación cuando el delantero riojano se plantó frente a Rodic y cedió al navarro, quien batió a placer la portería croata para encarrilar otra vez una eliminatoria que parecía volver a estar sentenciada. Nuevo espejismo, sin embargo.

Mejoró el Athletic con sus delanteros de referencia sobre el campo y ante un Slaven que comenzaba a acusar el esfuerzo físico. No fue, sin embargo, capaz de sentenciar y pagó las consecuencias. En un contragolpe, mediada la segunda mitad, Gregurina, que tanbién acababa de entrar al campo, enganchó desde fuera del área un balón que rebotó en la pierna de Iraola y descolocó a Iraizoz, quien tuvo que recoger de nuevo el balón de sus mallas.

Pese al susto, los rojiblancos controlaban el juego frente a un rival venido a menos y que recurría al balón parado como última carta de su estrategia, pero la incertidumbre se mantuvo hasta el instante final, con peligrosos centros al área. Lo mejor, el resultado. El Athletic aguarda a su próximo rival.