De comprador engañado a accionista
El Sabadell retiene a clientes de la CAM que compraron productos tóxicos
Cualquier comprador engañado que pasara a convertirse en titular de los productos financieros que la extinta CAM les colocó como deuda perpetua (así quedaba registrado en el epígrafe Fecha de vencimiento) haciéndoles creer que era una imposición a plazo tuvo que someterse a la firma de un documento de autorización que incluía dos párrafos contradictorios, con los que la caja pretendió cubrirse las espaldas.
Por un lado, la entidad tenía que reconocer por escrito a las personas engañadas que “Caja Mediterráneo, basándose en la información para realizar la evaluación de la conveniencia del producto o servicio concreto, le ha informado de que el producto o servicio de inversión solicitado no resulta adecuado para él”. Era el resultado del test Mifid, un cuestionario que deben realizar las entidades en aplicación de una directiva europea.
Pero, por encima de la firma del ordenante, el último párrafo de la compra de renta fija a vencimiento especificaba que “El cliente confirma no obstante su decisión de solicitar a Caja Mediterráneo la contratación del producto o servicio de inversión, por cuenta propia y de forma independiente, quedando Caja Mediterráneo eximida de toda responsabilidad derivada de la contratación del instrumento o servicio de inversión”. Traducido: el comprador nunca debió adquirir el producto que le ofrecían, pero firmaba que asumía las consecuencias de la petición, eximiendo a la CAM de cualquier penalización. El mismo Banco CAM reconoce que ahora la inversión en participaciones preferentes vale entre un 16% y un 40% del capital invertido.
Banco CAM admite que las preferentes valen del 16% al 40% de lo invertido
Y para paliar el daño causado por la CAM, Banco de Sabadell ofreció convertir el capital volatilizado por estos productos de alto riesgo en acciones del banco, pero a un precio de 2,30 euros la acción, cuando el pasado viernes acabó su cotización en 1,477. Es decir, que al precio actual, quien acepte las condiciones solo recibe el 64,2% de lo invertido. Y quienes fueron engañados con un producto del que no podían valorar por falta de conocimientos se han visto ahora abocados a convertirse en accionistas de una cotizada para recuperar parte de su dinero.
Pero otra de las condiciones impone que los títulos no se podrán vender hasta mitad de agosto. Y los intereses trimestrales que junto con la colocación de acciones ofrece abonar el Banco de Sabadell, de un 1,5% trimestral (6% anual), no se empiezan a cobrar hasta noviembre. Las acciones del banco apenas han caído siete céntimos desde los 1,544 euros por título de principio de julio.
Los afectados se encuentran en una especie de encrucijada. No han tenido otra alternativa que aceptar la oferta para asegurar el futuro de su dinero, pero saber cómo evolucionará la cotización de las acciones de esta oferta pública de venta y suscripción cuando puedan negociarse en el parqué a partir de mediados de agosto es una incógnita.
La situación económica general, la posibilidad de que aparezcan en el mercado casi un 25% (678 millones) más de acciones ahora en manos de los anteriores clientes de la CAM, que esta sea la tercera ampliación de capital de 2012, tras los 797 millones de preferentes del propio Sabadell canjeados en febrero y la ampliación de 903 millones que se cubrió en marzo, y que a finales de 2013 el Sabadell convertirá otros 961 millones de obligaciones subordinadas en más acciones, no invitan al optimismo. Con estas operaciones de canje, el banco ha elevado su core capital hasta el 10,04%.
Para colocar las acciones, Banco CAM se ha visto obligado a realizar a todos los clientes el test Mifid. Y a la mayor parte de quienes fueron engañados la anterior vez, les vuelve a salir el mismo resultado, que el producto no es adecuado para ellos. Aunque es imposible conocer si recuperarán y cuándo el 100% del dinero que invirtieron, conocen cuánto dinero tendrán a su disposición en 10 días si acuden al mercado continuo a vender sus títulos.
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