El obispado de Lleida quita importancia a la fiesta celebrada en una iglesia

El Obispado de Lleida no se ha escandalizado por que los vecinos de l’Ametlla del Montsec utilizaran la iglesia parroquial para cenar, bailar y jugar al bingo el pasado viernes por la noche, primer día de la fiesta mayor, debido a la lluvia. “Lo que hicieron los vecinos no fue lo más correcto, pero pensamos que no hay que darle al hecho más importancia de la que tiene”, declaró ayer el vicario de pastoral de la diócesis ilerdense, Josep Anton Jové.

El representante episcopal no ve “malicia” en la decisión de los vecinos de refugiarse en el templo en un momento de lluvia, aunque desaprueba que instalaran la orquesta en su interior y bailaran. “Pero lo hecho, hecho está y no hay que rasgarse las vestiduras. Consideramos que fue algo espontáneo y sin ganas de perjudicar a la Iglesia”, apostilló.

Jové considera que la conducta más apropiada de los vecinos hubiera sido la de llamar al párroco y pedirle permiso. “Seguramente, en ese momento de urgencias no pensaron en eso”, añadió. “Es cierto que la iglesia es la casa de todos y puede ser utilizada para cobijarse de la lluvia, pero no para hacer baile”.

El vicario de pastoral del obispado de Lleida espera que la decisión tomada por los vecinos de l’Ametlla del Montsec no siente un precedente. “Si hubiera suprimido el baile como hacen en muchos lugares cuando llueve”, añadió Jové, “tampoco hubiera pasado nada. Por parte nuestra, la polémica está cerrada”.