Entrenamiento para ‘La Blanca’
'Blusas' y 'neskas' de todas las edades se calzaron ayer las albarcas y se echaron a las calles Entre los actos destacó la tradicional carrera de burros, la feria agrícola y la exhibición de ganado
Era miércoles, un día entre semana, pero parecía domingo. La mañana del 25 de julio despuntó en Vitoria con cierta resaca, desperezándose jóvenes y mayores de la verbena y la fiesta de la noche anterior. Pero sacar las albarcas del armario, después de casi un año, era una motivación más que suficiente para quitarse las legañas. Amanecía en la capital alavesa el Día del Blusa, el gran ensayo general para las fiestas de la Virgen Blanca. Bajo un sol imponente que no dio tregua, blusas y neskasse lanzaron a las calles vestidos con los atuendos que no lucirán de nuevo hasta el próximo 5 de agosto.
Los más madrugadores no tardaron en coger posiciones en la plaza de la Virgen Blanca para presenciar la tradicional carrera de burros. De no ser por la aportación privada de la pastelería-panadería El Talo no habría habido nada que ver. La Comisión de Blusas ya daba el acto por suspendido debido a la reducción de presupuesto municipal, que afectaba directamente a uno de los eventos más simbólicos del día. Pero la tradición se abrió camino y a las 10.00 salieron los asnos, cargando en sus lomos a mozos que dieron lo mejor de sí mismos animados por sus respectivas cuadrillas. El burro Puta Crisis, de la cuadrilla Galtzagorri, se proclamó justo vencedor de la divertida gesta.
Este año la feria agrícola de Santiago tuvo un 20% más de participación, con un total de 52 puestos
Mientras tanto, la cuesta de San Francisco embriagaba a los viandantes con el intenso olor de cientos de ristras de ajos. Pese a que el precio se mantenía en torno a los tres euros por kilo, como en 2011, un vendedor de Corella (Navarra) aseguraba que las ventas iban “despacito”. Algo más al sur, la zona universitaria fue un hervidero de gente durante toda la mañana, ya que allí se concentraban la Feria Agrícola de Santiago y la exposición de ganado. Pero antes de llegar era obligatorio parar en la plaza de toros, que ayer no parecía tal. El diseño futurista del Iradier Arena y la música disco proveniente del ruedo hacían pensar en un club de baile circular. Dentro, los aficionados se divertían con la suelta de vaquillas. Fuera, las colas se formaban frente a las taquillas. La mayoría reservaba los tres euros de la entrada a las vaquillas para el aperitivo de la tarde, con El Cordobés dominando el cartel taurino.
Cruzando las vías del tren se entraba en el reino gastronómico. Una docena de las 52 sociedades gastronómicas alavesas que conforman la Federación Boilur unieron fuerzas ayer para pelar y cortar más de 100 kilos de verduras ecológicas y autóctonas. José María Mantxala, de la sociedad Abendaña, e Ignacio Lana, de Hamabost, se afanaban en dar vueltas al contenido de cuatro enormes cazuelas a rebosar. Calabacín, pimiento verde y rojo, calabaza, patata y tomate, una calderada popular cocinándose a fuego lento por una buena causa. “La recaudación de las 800 ó 1000 raciones que venderemos a un euro va para un proyecto de Medicus Mundi”, contaba Lana.
Los más pequeños disfrutaron con los 80 animales de la exhibición de ganado
Las 80 cabezas de la exhibición de ganado, en la que este año participaron más de 40 productores ganaderos, eran como una granja escuela al aire libre, y los niños disfrutaron de lo lindo. El que no se quedaba pasmado frente a dos enormes vacas se embobaba frente a una camada de doce lechones. Otra de las atracciones favoritas de los chavales fue encaramarse en los tractores de la exposición de maquinaria agrícola. Sin perder de vista a sus nietos, los agricultores de la vieja escuela se congregaban en torno al traqueteo del motor Vellino, un artilugio de los años veinte para bombear agua de riego.
Este año la Feria Agrícola contó con un 20% más de productores alaveses, 56 en total. Entre los frutos de las explotaciones familiares a la venta había quesos Idiazabal, miel, sidra natural, txakoli ecológico y verduras recién traídas de la huerta. No faltaron los campeones y subcampeones de pastel vasco de las últimas ediciones, que al filo del mediodía se mostraban “satisfechos” de haber alcanzado "al menos" el nivel de ventas del año anterior.
Con música en cada esquina, la fiesta continuó hasta bien avanzada la tarde por muchas arterias de la capital alavesa. Lo de ayer fue un entrenamiento en toda regla para las fiestas de La Blanca y un año más, blusas y neskas no escatimaron energías. Ahora tienen 10 días por delante para recuperar fuerzas antes de la bajada del Celedón.
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