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Los bomberos trabajan en “el punto crítico” de Boadella

El fuego no estará completamente extinguido hasta mañana Un juez abre diligencias para investigar las tres muertes de los incendios

El gran incendio que ha arrasado el Alt Empordà entró ayer por la tarde en fase de control tras arrasar 14.000 hectáreas de terreno y mantener en vilo a decenas de miles de personas durante tres días. La bajada de temperaturas la noche anterior y un viento más suave permitieron a los bomberos estabilizar la situación y llevar el incendio, por fin, a una fase de control. A falta de estabilizar la zona entre Boadella y Terrades, todavía humeante, la Generalitat cree que el fuego podría quedar definitivamente extinguido mañana jueves. Unas 50 dotaciones de bomberos continúan trabajando hoy en este punto.

Para facilitar su labor, los Mossos d´Esquadra mantienen cortadas las carreteras Gi-504 GI-504 en Boadella d´Empordà y la GI-511 a su paso por Terrades. Después de dos días de confinamiento y con el fuego acechando durante horas, los vecinos de Terrades pueden ya moverse sin restricciones. El número total de hectáreas calcinadas es de 13.963. Casi la mitad de la superficie afectada corresponde a alcornocales. El fuego ha arrasado también unas 2.100 hectáreas de coníferas y otras 350 de encinares, informa Europa Press. El pavoroso incendio, originado el domingo por una colilla mal apagada en un aparcamiento del Perthús, se ha llevado por delante más de 2.500 hectáreas de tierras de cultivo.

Tras más de 50 horas de tensión y trabajo continuado de los cuerpos de emergencias, el consejero de Interior, Felip Puig, pudo ayer dar la buena noticia. “Podemos celebrar que hemos acotado el fuego”, declaró en su última comparecencia del día, cerca de las nueve de la noche. El humo y la ceniza que todavía sobrevuelan la zona volvieron el ambiente irrespirable, sobre todo en las primeras horas de la mañana de ayer. La Generalitat, que reforzó los centros de atención primaria, recomendó a las personas con enfermedades respiratorias que no salieran de casa y a toda la población no practicar deporte al aire libre. Unas 50 personas han pasado esta noche en el pabellón de Figueres.

El suministro eléctrico está “normalizado”, ha explicado el delegado de la Generalitat en Girona, Eudald Casadesus, aunque algunos municipios funcionan todavía con los 18 grupos electrógenos distribuidos estos días. En algunos pueblos como La Vajol, Cantallops y Darnius, la red de telefonía fija sufre afectaciones. En la zona se ha instalado una estación de telefonía móvil para solucionar la falta de cobertura en Capmany y Albanyà. Varias autoridades, entre ellas un representante de la Generalitat, uno de la Diputación de Girona y otro del Consejo Comarcal del Alt Empordà, han visitado hoy los municipios afectados por el incendio. La vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, se reunirá este viernes con todos los alcaldes de los municipios afectados para valorar las afectaciones.

Ante los graves daños producidos por las llamas, un juzgado de Figueres ha abierto diligencias para investigar en dos causas separadas los incendios originados cerca de La Jonquera —el que ha arrasado los bosques de la comarca— y Portbou, ambos provocados por colillas arrojadas a la vegetación reseca. Los fuegos han causado cuatro muertes y una veintena de heridos. Uno de ellos sigue muy crítico en la unidad de quemados del Hospital de Vall d'Hebron con el 75% del cuerpo quemado, mientras que otros tres han mejorado.  El juez no ha incluido en las diligencias por el incendio de La Jonquera al hombre de Llers que falleció tras sufrir un infarto, al considerar que la muerte no estuvo causada directamente por el fuego.

El cuerpo de Agentes Rurales ha localizado la colilla que originó el fuego en uno de los casos. Puig ha asegurado que se analizarán hasta los restos de ADN pero, ante la limitada muestra con la que cuenta la policía, sería casi un milagro localizar a su dueño. La Generalitat quiere evitar que una imprudencia cause en el futuro otra tragedia. Desde el primer día, el presidente Artur Mas, pidió responsabilidad a los ciudadanos. Puig fue más lejos e hizo un llamamiento a la población para que use las cámaras de sus teléfonos para delatar ante la policía a quien lance una colilla. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, insistió el lunes desde Figueres en que se endurecerá el Código Penal.

Puig aclaró que no quiere convertir el país en un “Estado policial”, aunque recordó las graves consecuencias que puede tener un descuido: “Una actuación como esta puede causar muertes, muchos millones de euros de afectación y un impacto que tardaremos muchos años en corregir”.

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