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GALLEGOS EN LA ESCALERA | Retratos de Xurxo Lobato

Pilar García Negro, cuando el corazón es Galicia

Esta pensadora sin remedio es una exponente clarísima de que el buen uso de la sorna y la retranca es algo innato a este país nuestro

Pilar García Negro, en el parque Rosalía de Castro de Lugo.
Pilar García Negro, en el parque Rosalía de Castro de Lugo.XURXO LOBATO

Pilar García Negro es de raza felina. Gallega gata. Y como tal, es una curiosa impenitente. Y de Lugo, que aporta señorío. Activa y activista. De amores diáfanos, provocadora y pasional. Maestra y divulgadora, profesiones que no siempre coinciden aunque en su caso no se podrían entender por separado. Esta pensadora sin remedio es una exponente clarísima de que el buen uso de la sorna y la retranca es algo innato a este país nuestro, el que corre por sus venas, porque las venas de Pilar son de color blanco y azul. Cuenta una leyenda periodística que cuando fue a donar sangre, en la cubeta solo había palabras, algunas de Rosalía de Castro, otras de Novoneira, de Castelao, de Fole, de Risco…

Eran muchas, tantas, tantísimas, que por eso Pilar necesita, cada cierto tiempo, plasmarlas en artículos, en libros, en sus clases, o simplemente en sus conversaciones diarias. Esa peculiaridad de Pilar también explica el porqué de que cuando se habla con ella no se puede más que asentir con la cabeza y absorber cual esponja… Y cuando al fin se consigue reaccionar ya te ha ganado para el ronroneo. Es lo que tiene ser gallega gata.

Cuando me presentaron a Pilar ya la conocía de seguir sus pasos como diputada, fue la primera mujer nacionalista en llegar al Parlamento gallego, por sus artículos y por sus debates en los medios públicos. Antes de apretarle la mano ya despertaba en mí simpatías. Después del primer abrazo ganó para siempre mi admiración. Primero, por abrirnos camino a las gallegas en una país tan machista cuando ella empezó y tan paternalista en la actualidad, y segundo, porque era y es directa, coherente y clara en sus exposiciones: cada una de sus afirmaciones va avalada por una historia o por argumentos bien asentados.

Peldaños

Lugo, 1953.

1991. Doctora por la Universidade de Santiago

1993. Profesora titular de la Universidade da Coruña.

1990-2003. Diputada autonómica por el BNG.

1983. Militante de la UPG.

1983-1987. Presidenta da Asociación Cultural Alexandre Bóveda.

1996. Miembro del Comité Científico de la Declaración Universal de Dereitos Lingüísticos.

2005. XIX Premio Ánxel Fole.

2010. XV Premio de Ciencias Sociais Vicente Risco.

2004. Directora de la Fundación Bautista Álvarez de Estudos Nacionalistas.

Oradora y escritora de storytelling, narradora de final contundente. Ahora se la definiría como una política de las de antes, con poso y pase, y si bien ya no se la escucha desde su escaño en la Cámara defendiendo la cultura y la lengua gallegas, sus grandes pasiones, lo mismo que los derechos de la mujer, ya se ocupa ella de ser tribuna cuando se precisa, es decir, constantemente, en esta “Galicia tan necesitada de valedores y de megafonía”, como la propia Pilar se encarga de recordar.

Se podría pensar que no hay muchas gallegas felinas, pero están por todas partes. El caso de Pilar es más evidente porque es una mujer, mal que suene la expresión, pública. Se las reconoce porque saben cuándo ronronear y sacar las uñas, y porque dan que pensar o dan que hablar. Pilar ambas cosas, porque es de pura raza. Y ahí están sus textos para demostrarlo. Profunda analista, cada vez que ejerce de articulista disecciona finamente la realidad gallega, la contextualiza y le añade sus esencias, sus saberes, sus pensamientos y sus valores. No hace falta estar de acuerdo con sus ideas para reflexionar sobre la claves que aporta, apreciar otras perspectivas y ensanchar los propios pareceres.

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Pero cuando me preguntan cómo es Pilar, tan solo doy un consejo: mirarla a los ojos. Es ahí donde se puede observar como le sube la sangre al iris y, sobre todo, si hace viento, se ve claramente como ondea su sangre azul y blanca, con el mástil bien asentado en su corazón de gallega gata.

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