ERC salva a Mas de responder en el Parlament por el saqueo del Palau
Los republicanos no quieren que la presunta financiación irregular de CDC eclipse el pacto fiscal Convergència pone la sede de la calle de Còrsega como garantía de la fianza
Tras meses de menosprecios parlamentarios públicos y privados, Convergència i Unió encontró ayer en Esquerra Republicana de Catalunya el perfecto aliado para evitar, o al menos intentarlo, que el caso Palau de la Música y las posibles implicaciones de los nacionalistas en esta trama ensombrezcan el debate del pacto fiscal que se celebrará la semana que viene. Los republicanos salvaron al presidente de la Generalitat de tener que acudir al Parlamento a dar explicaciones por la supuesta financiación irregular de Convergència a través del Palau por la que el juez pide a los nacionalistas que paguen una fianza de 3,2 millones. Según ERC, su gesto debe interpretarse como un intento de salvaguardar “la institución” de la Generalitat de los conflictos de partido.
Casi toda la oposición veía ayer como algo imprescindible y como una salida lógica que Mas respondiera en el Parlament por los indicios que el juez ha detectado sobre financiación irregular de CDC a través de constructoras y empresas que facturaron al Palau de la Música entre 2002 y 2008. En este periodo Mas fue conseller en cap del Gobierno catalán y secretario general de Convergència Democràtica.
Los recientes y continuados desencuentros entre CiU y PP por los recortes del Gobierno central hacían prever que esta vez no serían los populares los que salvasen a Mas de explicarse ante la opinión pública. Y así fue. Sin embargo, Convergència i Unió encontró el apoyo de Esquerra Republicana, un partido que paradójicamente fue de lo más activo en la comisión de investigación parlamentaria que hurgó en la posible financiación de CDC a través del Palau en 2010. Desde entonces, la dirección republicana ha cambiado y el nuevo presidente, Oriol Junqueras, no ha dejado de buscar puntos de encuentro con los nacionalistas, unos acuerdos que nunca se han concretado y que no han alejado a CiU de su socio habitual: el PP.
Los socialistas exhiben su "indignación" por el silencio de Mas
Fue la portavoz republicana, Anna Simó, la encargada de justificar, primero en la Junta de Portavoces del Parlament, y después ante los periodistas, que su partido no reclamará las explicaciones de Mas en la Cámara. Simó aseguró que su partido “exige saberlo todo” sobre el papel de CDC en el caso Palau, pero prefiere que “no se mezcle” el asunto con la figura del presidente de la Generalitat: “No queremos espectáculos”, afirmó. Fuentes de CiU y ERC negaron que exista pacto alguno entre ambos partidos más allá de lo explicado por la portavoz republicana.
Sin embargo, la colaboración de CiU y ERC en el Parlament la próxima semana será indispensable. El próximo miércoles se vota la propuesta de nuevo modelo de financiación que el presidente Artur Mas debe trasladar a Madrid para negociar con el Gobierno. Esta propuesta solo tiene por ahora garantizados los votos de CiU, ERC e ICV. La abstención del PP se adivina probable, pero el PSC mantiene las incógnitas. La presencia de ERC en el pacto es imprescindible para que Convergència pueda defender ante sus bases que no ha rebajado las expectativas de conseguir una financiación similar al concierto económico vasco. En el Parlament tampoco ha pasado desapercibido estos días que el Gobierno de CiU haya evitado la exposición pública del exconsejero republicano Jordi Ausàs saliendo o entrando en la cárcel acusado de contrabando de tabaco.
Con todo, la actitud de ERC molestó profundamente ayer al resto de partidos. La diputada del PSC Laia Bonet mostró su “indignación” con ERC por haber impedido la comparecencia de Mas haciendo “pinza” con CiU.
En términos similares se expresó el portavoz parlamentario del PPC, Enric Millo, quien dijo haber constatado que existe “una nueva mayoría” en el Parlament, que conforman CiU y ERC. La portavoz parlamentaria de ICV-EUiA, Dolors Camats, pidió a Mas que “no se esconda” y avanzó que su grupo continuará insistiendo en que acuda al Parlament a explicarse. El presidente de Ciutadans, Albert Rivera, calificó la situación de “bochornosa”.
La sede de Convergència, de 4.800 metros cuadrados, está situada en pleno Eixample
Convergència quiere resolver cuanto antes el asunto de la fianza y prevé acudir hoy al Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona para depositarla. El partido de Mas ofrecerá su sede central, en el número 331 de la calle de Còrsega de Barcelona, como garantía de la fianza. Los responsables de CDC deberán presentar también un certificado de la tasación del inmueble y un certificado de la entidad financiera para demostrar que la finca está libre de cargas, explicaron fuentes judiciales. Su abogado, Javier Melero, presentará un recurso contra el auto judicial que fija la fianza.
La ley establece que, cuando se impone una fianza, la parte afectada dispone de 24 horas para hacerla efectiva desde el momento en que se le notifica la resolución. La decisión judicial va acompañada, además, de un apercibimiento de embargo. En la práctica, sin embargo, ese plazo se incumple. Y más aún en casos como el de Convergència, una institución de solvencia pública y notoria, detallaron las mismas fuentes.
El valor de tasación de la sede de Còrsega supera en mucho los 3,2 millones, según las mismas fuentes. Para cubrir la fianza, por tanto, solo es necesario depositar los papeles de una parte de la finca. El edificio tiene una superficie aproximada de 4.800 metros cuadrados y está situado en un lugar privilegiado de Barcelona, junto a la confluencia del paseo de Gràcia y la avenida Diagonal. Convergència compró la finca en 1998 a la empresa Enher. La oposición denunció entonces que la compraventa se hizo a un precio muy inferior al de mercado.
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