Escondite para amantes

1. Cuesta de las Perdices. Llegar a Madrid por la A-6 es un paisaje de ciudad verde: un zócalo con los bosques de El Pardo, la Ciudad Universitaria y el campo de golf Puerta de Hierro. Al norte, las cuatro torres de Castellana dibujan una silueta que ya es referencia del Madrid del nuevo siglo; hacia el sur, la Ciudad Universitaria con edificios fragmentados entre la masa verde.

2. Terraza La Perla. La mejor oferta tradicional de bebidas veraniegas: horchata, granizado de limón y leche merengada en una terraza a la sombra de árboles de gran porte del parque del Oeste (Pintor Rosales, 64).

3. Quiosco Bellas Artes. Un pequeño chiringuito, a la entrada del Museo de Ciencias Naturales, con cubierta verde donde tomar un aperitivo, leer el periódico los domingos y observar la Castellana entre las zonas ajardinadas (José Gutiérrez Abascal, 2).

4. Terraza hotel Orfila. La terraza interior de este palacete del siglo XIX en pleno centro es un lugar secreto casi invisible, perfecto para una buena conversación o lugar de encuentro para amantes. Mobiliario de hierro pintado de blanco y una hiedra verde invade las paredes de las viviendas vecinas (Orfila, 6).

5. Madrid verde. El parque de Palomeras presenta una vista única de la ciudad desde el sur; al oeste, el parque de Dehesa de la Villa propone un paseo para bicis o andarines a una cota constante desde la cual se contempla la sierra, y el laberinto de Boj de la toscana del Prado situado sobre una plataforma elevada desde la cual, entornando los ojos, vemos cómo se funden los recortados setos con las copas de los árboles del Botánico en un mar verde.

6. Olivia te cuida. Pequeño local con una deliciosa carta de comida sana e inusual a base de cereales, verduras ecológicas, atún y cebiche (Santa Teresa, 8).

7. Madrid desde las alturas. Por fin una oferta variada para contemplar la ciudad desde arriba: terraza del Círculo de Bellas Artes y del centro del Ayuntamiento; el mirador de Moncloa, un platillo volante de Salvador Pérez-Arroyo. La terraza de La Casa Encendida desde donde se distingue el paisaje sur de la ciudad recordando un cuadro de Antonio López. Y la más novedosa, desde Torre Espacio para imaginar el crecimiento de Madrid hacia el norte.

8. Planta de Valdemingómez. Una cubierta verde inclinada diseñada por Ábalos & Herreros aloja un programa desconocido por los ciudadanos en el que se clasifican los residuos por ellos generados. Un auténtico paisaje de acontecimientos.

9. Las esquinas de Ruiz de la Prada. Arquitecto brillante que construyó entre los años sesenta y setenta viviendas de tipología residencial colectiva que recorren las calles de José Abascal, Zurbano, Eduardo Dato y Ortega y Gasset, diseñando burguesas esquinas de ladrillo aplantillado de color marrón patata, que se distinguen por la elegancia con la que se encuentran con el suelo.

10. Teleférico de la Casa de Campo. Los 20 minutos de duración permite ver un skyline único: la cornisa de Madrid. Muy recomendable hacerlo al atardecer cuando los últimos rayos de sol iluminan el oeste de la ciudad. El viaje sobrevuela el Manzanares, torres de viviendas y la Casa de Campo. Al regresar podemos ver hacia el sur cómo se suceden los tejados de la ciudad-corte, el Palacio Real y el ordenado Museo de Colecciones Reales de Tuñón-Mansilla.