Villanueva pide una reflexión para minimizar el impacto de las protestas

El Ayuntamiento de Madrid considera que las manifestaciones y actos de protesta, máxime en tiempos en los que la crisis ha disparado la posibilidad de conflictos sociales, deberían organizarse de forma que produjeran las menores molestias posibles a los ciudadanos y no penalizaran precisamente la actividad económica. “Es una reflexión interesante e inteligente, deberíamos compartir esos valores con otros poderes del Estado”, ha asegurado el vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva (PP), en referencia a la justicia.

La delegación del Gobierno (PP) trató de desviar la marcha de mineros del pasado martes desde Aravaca hasta el centro de la ciudad de forma que no transcurriera por la autovía A-6, evitando así que los manifestantes cruzaran frente al Palacio de La Moncloa. Alegaba razones de seguridad vial, pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tumbó esa resolución, lo que obligó a cortar durante casi dos horas esa vía de acceso a la capital a partir de las ocho de la tarde y provocó kilómetros de atascos.

Ayer, los mineros se manifestaron por la mañana ante el Ministerio de Industria, en el paseo de la Castellana, y hubo otra protesta en su apoyo y contra los recortes por la tarde en la Puerta del Sol. En los enfrentamientos con la policía durante la primera protesta resultaron heridas leves 76 personas, entre ellas 33 agentes, y ocho tuvieron que ser hospitalizadas. Por la tarde, según ha explicado el vicealcalde, los incidentes fueron provocados por grupos antisistema “que quisieron imponer de forma violenta su sinrazón”. Hubo seis heridos leves y 10 detenidos, pero también se produjeron desperfectos en contenedores, comercios y coches policiales.

“Respetamos como no puede ser de otra forma el derecho de manifestación, pero condenamos los incidentes que ocurrieron en el día de ayer”, ha asegurado el vicealcalde, que ha resaltado también el “importante coste” económico que tienen las protestas para las arcas municipales (seguridad, limpieza, material).

Respecto a la posibilidad de reglar los espacios para llevar a cabo estas protestas, ha recordado que se trata de “un viejo debate”. En efecto, ya hace 12 años el entonces alcalde, José María Álvarez del Manzano (PP), consideraba que lo “ideal” sería implantar un “manifestódromo” en la ciudad para evitar los cortes de tráfico provocados por las manifestaciones. “Cuantas menos, mejor”, concluía sobre estas. Aludía a la propuesta del entonces delegado del Gobierno, Francisco Javier Ansuátegui, que dijo haber barajado esa idea pero reconoció haber hecho “el más espantoso ridículo” al expresarla en voz alta, al considerar imposible canalizar las protestas hacia lugares apartados de la ciudad.

Gobernaba entonces José María Aznar (PP), y era ministro del Interior Jaime Mayor Oreja. En 2009, con José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) al frente del Ejecutivo y Alfredo Pérez Rubalcaba en Interior, el Ejecutivo admitía que la capital seguía siendo “el gran escaparate donde se ejerce ese derecho constitucional”, con cerca de 1.500 manifestaciones al año. En 2012, con Mariano Rajoy (exministro de Interior de Aznar) en La Moncloa, Ana Botella (esposa de Aznar) en la alcaldía de la capital y Rubalcaba como jefe de la oposición, como dice la película, el mismo amor, la misma lluvia.