El Gobierno central cree que la iniciativa vasca crea un “mercado público de droga”
Francisco de Asís Babín: “los clubes fuerzan a las instituciones” para tener actividad “lucrativa”
Numerosas voces cualificadas de Euskadi, como el Ararteko o la directora de Drogodependencias, han defendido en el Parlamento la necesidad de una regulación de las asociaciones de consumo de cannabis, pero conforme avanzan los trabajos de la ponencia que estudia esta posibilidad, mayores son los peros. Si el pasado mes de junio el fiscal Superior Juan Calparsoro alertaba de que solo pueden debatir, y no fomentar el consumo y el cultivo, hoy ha sido el turno del delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Francisco de Asís Babín. Este desplegó un duro discurso escasos días después de que se desmantelara una plantación con 234 plantas de marihuana perteneciente a una de estas asociaciones en Gipuzkoa, Lurretik, y se imputara a su responsable.
Babín resaltó que Euskadi no tiene la competencia para salvaguardar a estas asociaciones —porque parte de su actividad se salta el Código Penal, legislación estatal—, negó que haya vacíos en la ley y lanzó un aviso: aprobando una medida de este tipo, el País Vasco contribuiría a la “ruptura” del consenso en el que participó en torno a la estrategia contra las drogas.
Pero no solo eso. Babín cargó con dureza contra las asociaciones de consumidores asegurando que “los clubes desean hacer otro tipo de actividades que la ley no les permite y están intentando forzar a las instituciones para cambiar el statu quo, para poder tener su mercado y su negocio lucrativo”.
Asegura que, si Euskadi hace “tonterías”, crecerá el consumo
Estas no acabarán con el mercado negro, señaló, al tiempo que advertía a los parlamentarios de que “antes de acabar una batalla, nos plegamos y convertimos en público un mercado absolutamente reprobablemente e ilícito”. “No confundamos lo que significa legalizar en el sentido de dejar de penalizar el consumo privado como ocurre en la mayor parte de los países y no en España, respecto de legalizar en el sentido de generar un mercado público de esta droga, no es lo mismo”
Lo hizo en un momento en el que Euskadi está siendo observada de cerca, ya que los pasos que se den en esta comunidad podrían ser un precedente para otras, como Cataluña, que cuentan con asociaciones de un tamaño muy superior.
¿Qué aportaría una regulación de las asociaciones? “Un incremento del consumo y, por otro lado, indiscutiblemente una disminución en la edad del inicio de consumo”, así como un “efecto llamada”, enumeró.
Babín destacó que la medida —prevista dentro de la Ley de Adicciones que lleva retraso en su tramitación dentro del Gobierno— surge en un momento en el que está cayendo el consumo de cannabis y resaltó que, “si no hacemos ninguna tontería, si no cambiamos el statu quo, el futuro será más alentador que el presente”. Babín descartó que las asociaciones sirvan para el consumo terapéutico porque este campo está cubierto por las farmacéuticas y alertó de la “banalización” del riesgo de esta droga porque el 7% de quienes la consumen se convierten en adictos, “decenas de miles” de personas en España.
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