De San Mamés a Silverstone

"Nos ha quitado muchas horas de sueño y de estudio, pero ha merecido la pena". Adrián Ibarra, alumno de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao, resume así la experiencia de construir el monoplaza que competirá en julio en la Formula Student, en el circuito inglés de Silverstone. El prototipo, financiado por la Diputación y distintas empresas privadas, fue presentado ayer en la sede de la Escuela.

Capitaneados por Ibarra, estudiante de 4º curso de Ingeniería Industrial, y bajo la supervisión del profesor Charles Pinto, una treintena de alumnos de la Escuela ha participado este curso en el reto de diseñar, montar, y hasta buscar la manera de financiar un coche que correrá en circuitos de Fórmula 1.

La Formula Student, que se celebra cada año desde 1998, reunirá en Silverstone entre el 11 y el 15 de julio a 110 equipos de universidades de cuatro continentes. Los vehículos, fabricados íntegramente por estudiantes, tendrán que ir superando distintas pruebas eliminatorias de funcionamiento y seguridad hasta llegar a las carreras en sí. En estas últimas, los monoplazas de los distintos equipos correrán pilotados por los propios alumnos que los han creado.

En la quinta ocasión en que la Escuela participa en el certamen, los estudiantes han tenido doble trabajo. Al mismo tiempo que fabricaban este prototipo, han desarrollado otro coche, eléctrico, que competirá junto a su hermano en una prueba similar —la Formula Student Spain— entre el 29 de agosto y el 2 de septiembre en las pistas del circuito catalán de Montmeló.

Con los mismos medios, este año han construido dos coches, uno de ellos eléctrico

Con el mismo número de integrantes y el mismo presupuesto que en otros años —80.000 euros aportados por la Diputación y los patrocinadores—, el equipo ha sacado adelante los dos vehículos, aunque, en palabras de Ibarra, el project leader, se han visto obligados a hacer "malabares" con los números. Han contado, eso sí, con la colaboración de hasta 80 alumnos de otras especialidades de la Escuela.

“Te pasa factura en las notas, pero merece la pena” dice el líder del proyecto

Ibarra, que ya participó en la edición anterior, explica que tomar parte en esta experiencia tiene un coste para los estudiantes en lo personal y en lo académico. "A muchos nos ha pasado factura en las notas, y nos ha dejado prácticamente sin tiempo libre". Algunos miembros del equipo incluso han llegado a dormir en el taller en las últimas semanas. Sin embargo, y pese a los recelos familiares, el líder del proyecto no tiene dudas sobre el valor de lo aprendido. "Hemos tenido que resolver problemas que no nos habríamos encontrado en ninguna clase".

Con la vista puesta en los resultados del año pasado —“media tabla” en Silverstone y 5º puesto en Montmeló—, el objetivo de este año es, para el profesor Pinto, “mejorar” esa clasificación. En el caso del coche eléctrico, según su responsable, el alumno Asier Zubizarreta, basta con hacer “un buen papel”.