PNV y PP paralizan otra ley con dos recursos forales a la comisión arbitral
El Gobierno rebate a Bizkaia sobre la concreción de sus propuestas fiscales
Con la foralidad ha vuelto a chocar el Gobierno. Las Diputaciones de Bizkaia y Álava han paralizado el proyecto de Ley de Movilidad Sostenible, uno de los 11 que tiene en tramitación el Ejecutivo en el Parlamento para el último período de sesiones. Ambos ejecutivos forales, gobernados respectivamente por el PNV y el PP, han recurrido el proyecto ante la Comisión Arbitral.
Es el sexto proyecto de ley recurrido ante ese órgano, dirimidor extrajudicial de conflictos entre administraciones, tras los de Cambio Climático, Cajas de Ahorro, Juventud, Municipal y Gestión de Emergencias. Los cuatro primeros se saldaron a favor del Gobierno y en el último la diputación de Álava retiró el recurso. En ninguna otra legislatura ha habido una litigiosidad equivalente de las diputaciones contra el Ejecutivo.
El Gobierno no oculta su convencimiento, manifestado por fuentes oficiales consultadas ayer, de que se trata de una acción sincronizada para impedir la aprobación de esta ley. Las dos diputaciones aducen que el proyecto de ley invade sus competencias en materia de carreteras y transporte, un extremo que el Ejecutivo niega. Al tiempo, no duda de que los recursos serán desestimados por la Comisión Arbitral, como ha ocurrido con los presentados a otras varias leyes durante el mandato socialista. Pero con su mera presentación las Diputaciones, y, por ende, los dos partidos que las gobiernan, logran suspender la tramitación en el Parlamento, donde estaba ya abierto el período de enmiendas.
Posiblemente, y dado que las vacaciones veraniegas están por medio, el trámite no se reanude antes de fin de año. La aprobación de la ley será entonces ya inviable, incluso en el caso de que Patxi López agotara el plazo para convocar las elecciones.
Rodríguez ve próximos los modelos de PNV, Rajoy y CiU
Bizkaia impugna seis artículos y Álava diez más una disposición adicional. Básicamente, sus argumentos jurídicos coinciden. Bizkaia admite que la coordinación en transportes y carreteras es del Gobierno, pero señala que ello no le autoriza “la asunción exclusiva" de la competencia de planificación general de la política de movilidad, dejando a las diputaciones solo su desarrollo. Además, coinciden, el Ejecutivo se arroga “una capacidad tributaria” que no le correspondería cuando preve tasas sobre “infraestructuras que no son de su competencia”.
La Diputación de Bizkaia cree que el proyecto del Gobierno la coloca en una posición de “sumisión”. Álava, por su parte, cree que la cuestión atañe “al núcleo de la foralidad” y ve en el proyecto “confusión y ambigüedad competencial deliberada”. El Ejecutivo foral del PP no acepta que el Gobierno exija a las Diputaciones un programa de infraestructuras, inversiones, gasto o peajes.
Este nuevo choque se añade a los reproches de indefinición en materia fiscal que ayer lanzó el diputado de Hacienda vizcaíno, José María Iruarrizaga. El Gobierno respondió con un comunicado oficial. El Ejecutivo vasco es quien sigue esperando la respuesta y las concreciones de la Diputación de Bizkaia a sus propuestas, vino a decir. El comunicado recuerda que ya en mayo de 2010 el lehendakari planteó en el Parlamento la necesidad de acordar un cambio fiscal y poco después entregó un documento para la reflexión en el Órgano de Coordinación Tributaria (OCT). El 20 de julio del año pasado López entregó en mano a los diputados generales una detallada propuesta en cuatro apartados —fraude, patrimonio, IRPF y sociedades— que Bizkaia rechazó acogiéndose a su exclusiva competencia foral, además de pedir posponer el debate a las elecciones generales del 20 de noviembre. “La sociedad sigue esperando” a conocer las propuestas de la diputación que gobierna el PNV, añadía.
A las imprecisiones de ese partido se refirió también el secretario general del Grupo Socialista, Óscar Rodríguez. El PNV, dijo “no ofrece alternativas en el Parlamento ni fuera” y no ha apoyado ninguna medida económica del Gobierno, acusó. “No dice lo que piensa hacer porque no quiere que se sepa”. Rodríguez comparó esta actitud con la del PP y su candidato, Mariano Rajoy, antes de las elecciones generales del 20-N de 2011. “Estamos convencidos de que las recetas del PNV están muy cercanas a las de la derecha en España y a las de sus hermanos de CiU”, añadió.
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