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El arte en sus comienzos

Estudiantes españoles de Secundaria participan en la final del concurso DKV Fresh Art

Una estudiante, Alma, fotografía a todos sus compañeros del campus Fresh Art.
Una estudiante, Alma, fotografía a todos sus compañeros del campus Fresh Art. MÒNICA TORRES

Son 16 y vienen de los bachilleratos artísticos de varios institutos, desde Andalucía al País Vasco, pasando por la Comunidad Valenciana. Llevan dos días en los talleres de escultura, dibujo, pintura y fotografía de la Facultad de Bellas Artes aprendiendo con profesores de la Politécnica de Valencia y dando forma a las obras de arte que, en una especie operación triunfo si presión televisiva ni carrera profesional aún que proyectar, someterán el viernes al juicio de un jurado para decidir quiénes se llevan dos becas de estudios y dinero para sus respectivos centros.

“Nos ayudamos todos”, afirma la castellonense Alma, mientras colaboran con el gallego Javier en la realización de un vestido rosa de plástico con faralaes para una sesión de fotos con modelos. Javi quiere estudiar diseño de moda. Alma ha superado una nota de corte alta para estudiar en esta misma facultad. “Quiero fotografiar brazos masculinos y femeninos y superponer en ellos el símbolo antipatriarcal”, explica y logra hacer posar a todos. Marina, mallorquina y bachiller de 1º, quiere lograr una “mezcla entre el estudio del aura y el del cuerpo de la mujer”, apoyándose en la noción de sinestesia. El catalán Sergi está interesado por la relación entre la figura humana y la naturaleza, para reforzarla con Photoshop.

Solo dos serán premiados, pero se ayudan entre sí en la creación

En el taller de escultura, la directora de la Cátedra DKV Arte y Salud, Teresa Cháfer, insiste en la necesidad de ponerse monos y botas de seguridad con puntera metálica. La gerundense Xènia se enfrenta a una serie de espirales de acero. “Muchos venían con una idea previa, yo no. Me han dicho que practicara con esto”, se justifica, pero tiene claro que su obra “tendrá una parte quemada, soy medio pirómana”, se ríe. “Es la primera vez que se enfrentan a los materiales de la escultura”, aclara la profesora. “Somos unas parias de la escultura”, exclama la vasca Alazne con una vara metálica que usa como matriz para hacer dibujos previos. Le pido a Teresa un rasgo común a los mejores artistas en ciernes: “No tienen miedo a equivocarse”.

En los talleres de pintura y dibujo, cada uno está muy concentrado en su tarea. Aurora pinta sus propios pies. María seca una plancha de madera. Raquel convierte la cara de una modelo publicitaria en Isabella Rossellini, aunque ignora quién es la hija de Bergman. Sergio hace un políptico con animales africanos. Alumno del instituto Lluís Vives de Valencia, Sergio ha llevado un buen curso a pesar las cargas policiales y otros conflictos, y ha logrado ser seleccionado, como sus compañeros, entre centenares de aspirantes. El Tirant lo Blanc de Torrent es el único que aporta dos finalistas. Una es Victoria, única artista del taller de videoarte, aunque lo que quiere hacer es animación. Su profesora, Salomé, le muestra caminos donde ambas cosas confluyen.

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