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El pleno de la Diputación de Pontevedra acaba a gritos

Louzán pretende que el museo pase a ser totalmente dependiente del ente provincial

“Usted necesita una cura de humildad muy grande, pero tranquilo, que todo llegará”, acabó espetándole ayer el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, al portavoz nacionalista en la corporación, César Mosquera, tras un pleno con varios focos de tensión que acabó a gritos. Habitualmente un trámite apacible para la mayoría del PP, el debate de ayer subió de tono por un público hostil que reprochaba varios de los últimos manejos de Louzán, con la supresión del carácter autónomo del Museo de Pontevedra como punto más polémico.

El alcalde de la ciudad, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), solicitó una entrevista con Louzán y se presentó antes del pleno acompañado de miembros del consejo asesor del museo, integrado por personalidades de la vida pontevedresa como el militar antifranquista Xosé Fortes, el médico José Fernando Filgueira o el exvicepresidente provincial Bernardo López Abadín. Louzán no cedió y envió a la diputada provincial Ana Isabel Vázquez a explicar que no se iba a retrasar la decisión, tal y como solicitaban.

El museo y los otros seis organismos que hasta ahora eran autónomos pasan a ser servicios dependientes directamente del ente matriz. En el debate plenario el vicepresidente José Manuel Figueroa trató de justificar la medida en la austeridad, señaló que con la decisión se puede ahorrar en la contratación de seguros o en el servicio de seguridad, y alegó que el museo de Lugo depende directamente de la Diputación. PSOE y BNG negaron que el ahorro sea tal. “Se trata de tener un control absoluto de la Diputación, aunque se carguen instituciones señeras”, criticó Mosquera.

El BNG y Cuba

A la zozobra de Louzán contribuyó también la presencia de un nutrido grupo de trabajadores del ente contra la reordenación del personal, y sobre todo de una comitiva de arqueólogos que reclamaban el cumplimiento del convenio en los trabajos del castro de Ribadumia y en la licitación del plan Depo Deza, que la diputación gestiona con fondos europeos. Louzán llegó a acusarlos de formar parte de una tenderetada de la oposición nacionalista, pero luego se avino a estudiar el caso, cuyas irregularidades dijo desconocer. Después vinculó al BNG con “el modelo de Cuba o Venezuela” y zanjó una pregunta del PSOE sobre un aparcamiento en Sanxenxo con el argumento de que Zapatero “fundió los plomos de la economía”.

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