El conflicto por la propiedad de los dos dibujos de Gaudí sigue abierto

Parecía que el tema estaba cerrado, pero no. La disputa por la propiedad de los dos dibujos conocidos de Antonio Gaudí sobre la iglesia de la Colonia Güell de Santa Coloma de Cervelló —se cree que hizo hasta ocho— sigue abierta. Ayer, durante la presentación de un libro de gran formato sobre la Sagrada Familia (Ineditas), Marià Marín y Pere Jordi Figuerola, comisario del GaudíLab y conservador del Museo Diocesano de Barcelona, respectivamente, aseguraron que la parroquia de la colonia recurrirá por la vía penal la decisión del juez de archivar la denuncia que se presentó en mayo pasado que acabó con los dibujos, —que partían con un precio de 275.000 euros—, fuera de la subasta de Balclis y con las dos obras requisadas por los Mossos en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. “Ha habido indefensión, porque el juez no notificó a las partes su resolución. La parroquia se enteró por la prensa de que se habían devuelto a sus dueños. No hubo tiempo para presentar alegaciones”, explica Marín, que asegura que se ha solicitado un abogado de oficio.

“Supongo que el juez notificó a las partes su decisión, es lo normal. Y en su veredicto no había duda de quién era el propietario legítimo, estaba más claro que el agua”, aseguran fuentes de los propietarios. “Lo que han hecho hasta ahora ha sido marear la perdiz e impedir su venta. Si pretendían que los dibujos no salieran del país con pedirlo al Ministerio habría sido suficiente. No tenían que haber denunciado la venta”, explican. “Está claro que no esperan conseguir mucho, solo perjudicarnos, como han hecho hasta ahora, si optan por un abogado de oficio. Seguramente los quieren conseguir gratis, pero eso no puede ser. Por ahora, no tenemos intención de volver a ponerlos en venta”, se lamentan.

La disputa por estos dibujos se está convirtiendo en una especie de culebrón entorno a Antonio Gaudí. El 25 de abril EL PAÍS publicó que Balclis sacaba a la venta  los dos dibujos. El 15 de mayo, el mismo día que tenían que ser subastados, los mossos los requisaron y se los llevaron al MNAC tras la denuncia que presentó la parroquia de la Colonia Güell, asegurando que les pertenecían. Por fin, el 29 de mayo el juez devuelve las dos obras a sus propietarios tras archivar el caso.