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Feijóo y Besteiro chocan en un acto para coordinar a las diputaciones

El presidente lucense obliga a cambiar un protocolo minutos antes de ser presentado

Feijóo y Besteiro, ayer en el Pazo de Raxoi.
Feijóo y Besteiro, ayer en el Pazo de Raxoi.ANXO IGLESIAS

Historia de una foto: el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pretendía un retrato institucional con los presidentes de las diputaciones sentados a su vera y rendidos a los nuevos tiempos en que el Gobierno gallego se dispone a meterlas en cintura, ahora que muchas voces —y ya no solo el BNG— piden su supresión en el actual contexto de recortes sociales. Las ansias de vender un “acuerdo histórico” pesaron más que la modificación de la Ley de Bases de Régimen Local que prepara el Gobierno central para regular la convivencia entre administraciones y el reparto competencial, así que ayer Feijóo citó a los cuatro presidentes provinciales en el Pazo de Raxoi para aprobar un protocolo de colaboración institucional que se verá superado en cuanto se apruebe la normativa del Estado.

Ya de víspera había advertido en un coloquio que el texto sería firmado por los que quisieran acudir. Sabía, porque la Diputación de Lugo ya se lo había advertido por escrito una semana antes, que su presidente, el socialista José Ramón Gómez Besteiro, no estaba por avalar un documento que la asesoría jurídica del ente provincial había puesto de vuelta y media. Tras analizarlo, el equipo de abogados de la Diputación lucense concluyó que “el documento no alcanza los estándares mínimos de seguridad jurídica y adecuación al marco normativo para ser firmado”.

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Pese a esas reticencias técnicas, el Consello de la Xunta ratificó el protocolo el pasado jueves y ayer el Gobierno lo puso sobre la mesa en la reunión con los cuatro presidentes provinciales. Besteiro —el único que no milita en el PP— se plantó y amenazó con no firmarlo si no se introducían modificaciones, en especial el apartado que aludía a los servicios sociales, cuyo coste pretende traspasar la Xunta a las diputaciones y que la de Lugo se plantea llevar a los tribunales. Así que con el acto de rúbrica convocado y la prensa esperando en el salón noble de Raxoi, de prisa y corriendo se modificó el protocolo de acuerdo con lo que planteaba Besteiro. Se eliminó la referencia a la financiación de los servicios sociales y en su lugar se estableció un plazo de un mes para poder alcanzar acuerdos bilaterales. El texto incorporó nuevos párrafos —meras declaraciones de intenciones sin demasiados compromisos concretos— sobre el sector primario y contra la despoblación del rural ,y por fin estuvo listo para tan solemne ocasión.

Uno tras otro, los presidentes de las diputaciones de Ourense, Pontevedra y A Coruña, las gobernadas por el PP, pasaron ante el micrófono para glosar la iniciativa y felicitar a Feijóo. “Marca un antes y un después”, aseguró Rafael Louzán. “Un hecho histórico”, remarcó su compañero ourensano, José Manuel Baltar. El de A Coruña, Diego Calvo apostilló que desde ayer “las cosas ya no volverán a ser igual”.

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Y el presidente por fin pudo hacer su discurso sobre instituciones que caminan en la misma dirección pese a la diferencia de color político, coordinadas para poner coto a la “tendencia autárquica” que vivieron las instituciones “en los momentos de bonanza”. Atribuyó la nueva era al “relevo generacional” al frente de las diputaciones y también en la Xunta. “Hay que hablar menos y actuar más. Más que un acontecimiento aislado, este acto es una prueba de la madurez de nuestro país. El tiempo dará y quitará razones”, afirmó al cerrar el acto, que no admitió preguntas de los periodistas. En eso coincidió Besteiro que incluso se permitió citar un plazo para comprobar si lo de ayer pasa de ser un “acto político más”. Se concedió un mes para ver cómo se articulará la financiación de los servicios sociales y del programa de ayuda en el hogar.

Ni siquiera se comprometió en una breve comparecencia ante la prensa al final del acto a retirar el recurso en los juzgados de lo contencioso-administrativo contra el decreto de la Xunta que le transfiere el coste de los servicios sociales si esta no da marcha atrás en sus intenciones. “Todos sabemos sumar y restar y lo que no puede ser es si tenemos déficit pasárselo al otro en servicios siociales. No me niego al traspaso de competencias, pero yo, como los catalanes, con suficiencia financiera”.

Contra nuevas estructuras burocráticas

El documento sobre el que Xunta improvisó las modificaciones a contra reloj, con la prensa esperando en la sala de al lado, en el Pazo de Raxoi, enumera una declaración de principios con escasos compromisos concretos. Especifica que “es necesaria una mayor coordinación” entre el Gobierno gallego y las instituciones provinciales”, reconoce “el carácter prioritario de las funciones de asistencia jurídica, económico-financiera y técnica que las diputaciones deben prestar a los municipios” y la “inaplazable concentración de esfuerzos entre las distintas administraciones”.

Como ejemplo los objetivos específicos que establece el protocolo: “Ahondar, evitando siempre que sea posible la creación de nuevas estructuras burocráticas, en las dinámicas de cooperación institucional; alcanzar administraciones que operen sobre el territorio de forma sincronizada y sin duplicidades avanzando hacia la premisa de una administración, una competencia, un servicio; redefinir el papel de las diputaciones en sus funciones de asistencia, asesoría y cooperación intermunicipal, especialmente en apoyo a los ayuntamientos más pequeños; impulsar sinergias que promuevan la prestación supramunicipal de determinados servicios y mejorar la calidad y cobertura de los servicios públicos, como resultado de una concentración de esfuerzos y de una planificación integral y globalizada sobre el territorio”.

El acuerdo coordinado por la Consellería de Presidencia de Alfonso Rueda aboga por “coordinar la ejecución de las políticas activas de empleo en todo el territorio gallego”. Los términos del reparto se concretarán a través de futuros convenios de colaboración. Todas las instituciones firmantes también prometen coordinar las inversiones para implantar la administración electrónica en los ayuntamientos más pequeños.

“Con carácter general, Xunta y diputaciones asumen el compromiso de incrementar la transparencia y la eficacia de las distintas subvenciones públicas que gestionen en el ámbito de sus competencias con el objetivo de alcanzar una mayor homogeneidad en la tramitación, gestión y concesión de las ayudas”. Todo lo anterior lo supervisará una comisión de seguimiento.

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