Quien resiste, no gana
"La cuestión que los socialistas tenemos clara es que la política debe atender primero a los ciudadanos y luego pensar en las razones partidarias"
El pasado lunes 18 de junio se cumplió el plazo que tenía el PP de Orihuela que comanda la señora Lorente para presentar una moción de censura y desalojar al actual Gobierno de la ciudad. Pero la señora Lorente no la presentó. Y no lo hizo porque esa mayoría de la que presume no es tal. Si la tuviera, hoy tendría entre las manos la respuesta a sus ansias de poder y podría conquistar el gobierno de Orihuela por los medios democráticos recogidos en nuestra ley electoral.
Y esto no es así por casualidad. No. Se legisló así para impedir que estos personajes que acceden al de plenos diciendo una cosa, luego puedan romper la baraja y decir otra. Eso es estafar a la gente, pervertir las intenciones de los bienintencionados ciudadanos e incluso tomarle el pelo a sus propios votantes.
Pero ya es de sobra conocido que el respeto a las leyes no es el fuerte de la señora Lorente y de los que la acompañan en su empeño de sobrevivir políticamente a costa de cualquier chantaje. De hecho, la imputada Lorente, fiel a la máxima de que el fin justifica los medios, ha olvidado por completo que el pueblo de Orihuela es el gran sufridor de la doble inestabilidad política que padece la ciudad, la de su propia minoría y la del actual equipo de Gobierno.
El día 24 de febrero, el señor Houliston dejó en minoría al tripartito y a partir de ese momento Lorente y el tránsfuga pusieron en marcha la maquinaria para intentar asfixiar políticamente la legítima mayoría de Orihuela. Los presupuestos, el intento de cambiar la representación en las comisiones delegadas o en los organismos supramunicipales son sólo algunos torpedos que la Sra. Lorente y el señor Houliston han lanzado contra la línea de flotación de la gobernabilidad de este municipio.
¿Que la ciudad no puede funcionar sin presupuestos? No importa, tiene que irse el tripartito. ¿Que habrá servicios y proveedores que no podrán cobrar sino apoyamos el presupuesto? No importa, que se vaya el tripartito. ¿Que la gestión de las basuras no pueda hacerse mediante una empresa pública municipa lpara ahorrarle dinero al ciudadano? No importa, que se vaya el tripartito. ¿Que cada iniciativa que se plantee va a ser rechazada porque sí, sin valorar su conveniencia para Orihuela? No importa. Lo relevante es que gobiernen el PP y el tránsfuga. ¿Que hayan planteado una iniciativa para dejar a la gente sin salario, como en los tiempos del esclavismo, aunque ella gane 85.000 euros y su grupo perciba 150.000 al año del Ayuntamiento? No importa, que se vaya el tripartito. ¿Que no hayan planteado ni una sola propuesta, ni una, desde que no están en el poder? Nada más que insultar, mentir, agredir el honor de las personas sin pruebas y sin alternativas? No importa, el único fin es que se vaya el tripartito.
Esta es la cuestión. El día 25 de febrero, con la deserción de Houliston, el tripartito comenzó a estar herido de muerte y su única salida ha sido gestionar su capacidad de resistencia. Presupuestos sin aprobar, cuestión de confianza del alcalde, quitar competencias a los concejales…
Dicen que resistir es vencer y quizá sea cierto. Pero la pregunta que hay que formular es quién gana resistiendo los embates de un PP al que le importa mucho más la ocupación del poder que la ciudad de Orihuela. Estos días se habla mucho de la crisis en el tripartito y de su final, incluso con descalificaciones e insultos gratuitos hacia alguno de sus integrantes.
Por eso, ahora, llegados a este punto, la única pregunta que debe hacerse un responsable político que crea en la política de verdad, que sea serio y que esté aquí por el bien de su pueblo es: ¿Qué gana Orihuela si nos empeñamos en perdurar en el poder aunque no podamos gestionar los problemas de la gente? La respuesta, comúnmente aceptada, es que Orihuela no gana nada. Esto lo piensan los verdes, los centristas y los socialistas. Incluso la mayoría de los ciudadanos de Orihuela.
Por tanto, si esta es nuestra convicción, parece claro cuál es la decisión dolorosa pero responsable que debemos tomar, aunque solo sea para que la gestión municipal no se vea entorpecida. Los ciudadanos no deben pagar el acoso inmoral con el que el PP de la señora Lorente intenta paralizar la gestión de esta ciudad de casi 100.000 habitantes. Los ciudadanos de Orihuela no pueden ser las víctimas de las consecuencias de una imputada que necesita demostrar ante el PP de Alicante que está políticamente viva en la ciudad donde perdió la alcaldía. El día 15 de julio acudirá al congreso provincial de su partido y comprobará que, aunque nos eche, su futuro no existe en el PP y todo el sufrimiento que inflige a su pueblo no le habrá servido de nada.
Es verdad que algunos, guiados por el odio personal e interese partidistas, piensan que Mónica Lorente no debe llegar al poder bajo ningún concepto, aunque Orihuela se hunda en la miseria de la ingobernabilidad. La cuestión que los socialistas tenemos clara es que la política debe atender primero a los ciudadanos y luego pensar en las razones partidarias, no a la inversa. Lo más grave es que a menudo, las exigencias para resistir en el gobierno de Orihuela fuera cual fuera el precio para nuestro pueblo, han venido por intereses camuflados entre los propios militantes populares que no pueden soportar el tufo a basura de su imputada lideresa.
Tampoco vamos a ceder ante opiniones interesadas y planificadas que únicamente persiguen el desgaste personal de los concejales socialistas y el descrédito por tener claras las prioridades políticas para nuestro pueblo. Y desde luego, no vamos a pedir perdón por ser el grupo mayoritario del tripartito, tener los votos que tuvimos y pedir el respeto institucional que nos merecemos.
En definitiva, que algunos no se han enterado y otros no se quieren enterar de que el PSOE no está aquí ni para batallar en las guerras interesadas de otros, ni para que nadie decida unilateralmente, sin contar con nosotros, lo que pensamos que es mejor para Orihuela en esta delicada tesitura. Ni necesitamos resistir, ni necesitamos cobrar. Por eso, no bajaremos la cabeza ante nadie. Lo único que necesitamos y queremos es gobernar. Porque sabemos que el PP es un partido dañino, que, como los lixiviados, perjudica la salud política de los oriolanos. Estamos convencidos de que nuestro proyecto político es mejor y más todavía en estos tiempos de crisis.
Hace un año emprendimos esta ilusionante aventura que hoy resulta inviable por culpa del PP y solo del PP. Y eso es tan cierto como que, para nosotros, por encima de la vara, del sillón y del poder está la dignidad personal y la dignidad de un pueblo. Quien quiera entenderlo, que lo entienda. Quien no quiera o pueda compartirlo, al menos que nos respete.
Nosotros, ni hemos votado a la señora Lorente, ni llevábamos a un tránfuga en nuestra lista, ni hemos expulsado a nadie de nuestro grupo ni dependen de nosotros las decisiones de Alcaldía. Lo único que hemos hecho es poner 8.000 votos a disposición de un alcalde que tuvo 3.000 y de otro socio que tuvo 4.000. Y, al menos por esta vez, permítannos que hagamos lo que creemos que tenemos que hacer. No lo que les interesa a otros que hagamos. Lo realmente grave sería que el respeto nos lo perdiéramos nosotros mismos.
Así pues, si la señora Lorente es consecuente, que gobierne con su minoría de imputados, sus 14.000 votos y su equipo de cómplices silenciosos. Incluido su jefe, el señor Fabra. Ahora bien, que tenga claro que, desde el minuto cero, no le vamos a permitir que infrinja la más mínima herida a este pueblo, al que ya le ha hecho derramar demasiados millones de euros, muchos de ellos enterrados bajo un manto de tierra. No tenemos otra cosa que hacer que vigilar sus pasos y los de quienes la acompañan. Y en el pecado de regalar la costa a cambió de la poltrona que pretende ocupar llevará su penitencia. Es solo cuestión de tiempo.
Antonia Moreno es portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Orihuela
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