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Torres a través del paisaje

La pintora que denunció por plagio a una cadena de depilación muestra en la Nau una antología sobre la naturaleza

Rosa Torres, en la inauguración de su exposición en la Nau.
Rosa Torres, en la inauguración de su exposición en la Nau.CARLES FRANCESC

En los años setenta, algunos autores valencianos confluyeron en la madrileña Galería Sen. Entre ellos estaban Rosa Torres, el Equipo Crònica o Juan Antonio Toledo, además de otros miembros de la vanguardia madrileña. “En general, se utilizaban entonces colores más oscuros”, recuerda Rosa Torres (Valencia, 1948) que señala el contraste entre esta galería, donde recalaban artistas más figurativos, con la cercana Juana Mordó, donde exponían otros más abstractos. Pues bien, de los fondos de la Sen procede buena parte de las obras que nutren la exposición inaugurada este jueves en el Centro Cultural La Nau de Valencia bajo el título Bosques y montañas. La naturaleza de Rosa Torres.

La mitad de las piezas han sido cedidas por Eugenia Niño, propietaria de la citada galería, donde permanecieron hasta 2009. Su cesión permite “recuperar una parte de la obra que nadie había visto”, subraya Martí Domínguez, el comisario de la muestra, “de manera que se puede ver una progresión de 40 años trabajando este tipo de paisaje”. Así, puede verse la diferencia y evolución de la artista desde la primera pieza de la exposición, perteneciente a la serie Jardins y fechada en 1977, donde hay claras referencias a Sempere, hasta llegar a lo más reciente, Bantok Park, una serie de estilizados árboles proyectados en 2011 para un mural en un colegio público de Wolverhampton. Domínguez puso el acento en la investigación en el paisaje, que conduce a la pintora valenciana a condensar emociones, hasta situarse “a un paso de la abstracción” o, dicho de otra forma, “en el límite de la figuración”. Más interesante que el paisaje en sí es, vino a decir la autora, “la interpretación de la imagen de ese paisaje”. Las palabras del crítico Francesc Miralles, escritas en la pared, sentenciaban: “Para Rosa Torres, el color no da sentido a la obra, sino que es la obra”. Al lado, variados paisajes del Maestrat, combinando distintos tonos de verde, azul, beige o rojo con marcados acentos negros y rellenos blancos hablaban por sí mismos.

“Hoy en día se utiliza el más por menos para recortar”, ironizó el vicerrector de Cultura de la Universitat de València, Antonio Ariño. Sin embargo, en el caso de Rosa Torres, “la visión estética lo que busca es la máxima simplificación”. Simplificación próxima al minimalismo como la que se detecta en la serie Penyagolosa, una de cuyas piezas se quedará en la universidad como donación. Domínguez recordó que Torres fue la primera artista en pintar esta montaña castellonense.

La pintora informó de que todavía está a la espera de juicio por el presunto plagio masivo de sus obras, detectado hace tres años en una empresa de depilación.

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