Rumbeando desde la cárcel
El activista cultural Nacho López crea una banda liderada por un presidiario
El coruñés Nacho López, creador de proyectos musicales como O Jarbanzo Negro, se ha convertido en los últimos años en una especie de embajador cultural alternativo de Galicia en Cataluña, donde reside desde hace diez años. Una de sus última aventuras ha culminado con la creación de un grupo musical, Sundaché, que tiene como compositor y cantante a Mario Roca, un preso que actualmente se encuentra en tercer grado en la cárcel de Barcelona. “Toco en el grupo y ejerzo un poco de coordinador ya que somos músicos de distintas formaciones que nos juntamos para tocar y después del verano esperamos presentar nuestro primer disco”, explica López.
Sundaché nace a partir de la experiencia de López como activista cultural en diversas cárceles de Cataluña. Durante años se dedicó a recorrer prisiones en las que organizaba talleres culturales. “Encontramos a muchas personas de talento en las cárceles y grabamos varias maquetas, de ahí salió el grupo que ahora estamos rodando. Mario Rico, el cantante principal de Sundaché tiene talento natural para la música. La formación se completa con músicos de otras bandas catalanas como Muchachito Bombo Infierno y La Troba Kung-Fú”, explica López.
El músico gallego también presta ayuda a otros presos para facilitarles contactos en el exterior y puedan así llegar a desarrollar sus proyectos musicales cuando salgan. López colabora desde hace años con el Ateneo Cultural Nou Barris, en diversas actividades, entre las que destaca la creación de dos compañías circenses en la popular barriada barcelonesa. Este centro cultural público se ha convertido en uno de los enclaves productores de cultura más activos de la capital catalana.
López salió de su ciudad natal con 18 años y desde entonces no ha parado de poner en marcha iniciativas culturales de todo tipo en diversos países. Seguramente la más conocida fue el grupo musical O Jarbanzo Negro, que nació en Amsterdam y funcionó durante diez años dando conciertos por toda Europa. Con anterioridad, a finales de los años 80, López había sido uno de los creadores del grupo coruñés Os Verjalhudos que apostaban por el punk-folk y fueron conocidos dentro y fuera de Galicia. La mayoría de sus componentes se quedaron a vivir en distintos países de Europa. “Fuimos de los primeros en mezclar el folclore gallego que habíamos mamado con guitarras eléctricas y con ritmos como el ska”, recuerda López.
Varios de los miembros de Os Verjalhudos acabaron formando parte de Gharbanzo Negro, que más que una banda era un proyecto cultural en sí mismo ya que sus integrantes iban cambiando según el país en el que se movían y también adaptaban la música que tocaban al público que le seguía en cada momento. Rusia, Polonia, Bosnia, la República Checa y Holanda fueron algunos de los países en los que dejaron huella. Sin duda han sido una de las propuestas musicales con más repercusión internacional de las que han salido de Galicia, aunque siempre se mantuvieron al margen de tendencias comerciales y cuentan con escaso material grabado.
Ahora con Sundaché, López sigue apostando por el mismo espíritu de mezcla de culturas que simbolizaba Jarbanzo Negro. “Con este grupo hacemos rumba catalana con espíritu canalla, como corresponde a un grupo que nació en la cárcel. Pero también incorporamos otros ritmos como la salsa y en algún momento tengo que meter algo del folclore gallego porque trato de incluir a Galicia en todo lo que hago”, indica el músico coruñés, quien ha conseguido organizar actuaciones en Barcelona de bandas gallegas como Os Diplomáticos, Zenzar u Os tres Trebóns. De esta última banda forma parte el propio López y actuó por última vez en Galicia en el festival Reperkusión de Ourense, donde compartieron escenario con Manu Chao, un músico al que López conoce desde hace años y con el que comparte la apuesta por la unión de culturas a través de la música, que ha acabado por convertir al francés en un icono de la multiculturalidad en todo el mundo.
Sundaché se están presentado estas últimas semanas en locales de distintos puntos de Cataluña y están teniendo bastante éxito. A la frescura y la calidad musical de sus componentes, se suma la curiosidad por una formación que nació en un espacio que no parece el más adecuado para desarrollar la creatividad. López espera poder traer en algún momento a la banda a su tierra natal y mostrar una propuesta musical muy diferente a la que realiza con Os tres Trebóns. Para el músico corúñés no hay tabúes a la hora de mezclar músicas y a buen seguro que no parará hasta conseguir que la rumba catalana pueda llegar a sonar con algo de acento gallego.
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