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Arenas fuerza el apoyo de los presidentes provinciales a Zoido

Un comunicado salido de la sede del PP de Andalucía solicita que lidere el partido

Javier Arenas en su nuevo asiento en el Parlamento de Andalucía.
Javier Arenas en su nuevo asiento en el Parlamento de Andalucía.JULIÁN ROJAS

El relevo de Javier Arenas después de casi dos décadas de liderazgo total se ha enredado más de lo previsto. En ese tiempo el PP andaluz ha sido una nave hermética que solo se ha mecido a la voz de su capitán, y al anunciar que se va y lo deja todo de un día para otro, el partido ha entrado en estado de shock. Nadie había pensado en un escenario parecido, y los rumores y cruces de versiones se extienden a una velocidad tan vertiginosa que el hasta ahora todopoderoso Arenas no tiene suficientes manos para detenerlos. El elegido para sucederle es Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla. La idea es que la jugada sea rápida, sin margen para maniobras. Pero Zoido —que es también el encargado de pilotar la transición (Arenas ha abandonado ya todas las responsabilidades) hasta el congreso de mediados del mes próximo— no ha seguido el manual. Quiere marcar sus tiempos, la iniciativa, tomar las decisiones y hacer su equipo.

Por eso el arranque del proceso de sustitución del carismático referente del PP andaluz ha sido una hilera de desencuentros, de modo que mientras Arenas y su entorno aseguraban la candidatura de Zoido, él se ha entretenido en deshojar la margarita.

A Arenas le han entrado el miércoles las prisas y ha querido cortar de un tajo las especulaciones con un comunicado por parte de los ocho presidentes provinciales para apoyar la candidatura única de Zoido.

Sin embargo, tal adhesión unánime no ha existido. Al menos en los términos que dice la nota enviada a los medios de comunicación que, por cierto, no ofrece detalles sobre cómo y dónde se produjo. Fuentes cercanas a Arenas sostienen que el consenso en torno a la candidatura de Zoido se fraguó en una cena celebrada en Antequera el lunes, si bien algunos de los asistentes —entre los que no estuvo, por ejemplo, el presidente de Jaén, José Enrique Fernández de Moya— aseguran que ni siquiera se planteó.

Lo que no significa que se opongan. La secretaria general del PP nacional, Dolores de Cospedal, ha hablado personalmente con los presidentes provinciales y ha trenzado la red de apoyo a Zoido, con el aval de Mariano Rajoy. Pero el gesto da una idea del desconcierto que impera en una organización que unos días atrás marchaba militarmente a las órdenes de Arenas.

La falta de información sobre los motivos que han empujado al dirigente popular a irse de la forma que lo ha hecho —con una escueta comunicación de su número dos, Antonio Sanz— cuando lo acordado era esperar hasta septiembre para abrir el melón de su sucesión, ha sido determinante para propiciar el desbarajuste. Enseguida empezó a rodar la bola de las quinielas y los presidentes provinciales se apresuraron a atrincherarse en sus territorios. La certeza de que el nombre de Zoido sale de la sede de Génova y de La Moncloa ha hecho las veces de bálsamo y no parece que vaya a articularse ninguna resistencia.

Aunque el alcalde de Sevilla conocía el comunicado que preparaba Arenas, miembros de su equipo apuntaron que el respaldo definitivo para que dé el paso llegará directamente desde la dirección del PP nacional y el Gobierno. Según estas fuentes, fue Cospedal quien, en primera instancia, propuso a Zoido la presidencia del PP de Andalucía. Enemiga declarada de Arenas —quien ahora se va a dedicar a sus tareas como vicesecretario de Política Autonómica y Local en Madrid—, la también presidenta de Castilla-La Mancha comunicó al alcalde unos días después de las elecciones autonómicas del 25 de marzo que él era el hombre elegido. Varios dirigentes aseguran que Javier Arenas intentó el viernes pasado delegar en Antonio Sanz, pero ante la oposición de la dirección nacional y de Moncloa consensuó con Cospedal el nombre de Zoido. El alcalde cuenta ahora con el soporte completo del partido.

La principal razón que retrae a Zoido para aceptar ya el reto es aparecer como un candidato tutelado por Arenas, fácil de manejar y sin criterio. En el PP andaluz está marcada a fuego la etapa en la que la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, fue la presidenta formal de la organización andaluza (1999-2004), cuando en realidad era Arenas quien manejaba los hilos desde la calle Génova. Zoido aspira a volar solo, hacer su equipo y tomar sus propias decisiones.

También le preocupa cómo puede sentar la multiplicidad de funciones en la ciudad, a la que prometió una dedicación exclusiva tras obtener una abrumadora mayoría absoluta (20 concejales de 33) en las elecciones de mayo de 2011.

De lo que no se ha debatido aún es de la candidatura a la Junta en 2016. La idea es buscar un perfil a largo plazo, habida cuenta de que unas de las condiciones que ha puesto Zoido es no dejar bajo ningún concepto la alcaldía de Sevilla. Arenas acudió ayer al pleno del Parlamento andaluz y ocupó un escaño alejado del núcleo de poder. Dijo que está ya en un segundo plano.

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