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El Ayuntamiento de Barcelona veta las ‘rutas de borrachera’ en Ciutat Vella

Las multas a promotores y clientes serán de 900 euros

Camilo S. Baquero
Una fiesta de adolescentes en las calles del Casc Antic en Barcelona.
Una fiesta de adolescentes en las calles del Casc Antic en Barcelona.LAURA CLAVIJO

La chica se tira sobre la mesa del bar y le llenan el ombligo de tequila. El resto del grupo de jóvenes aplaude con entusiasmo mientras otro chico le lame la sal del abdomen y procede a beberse todo el licor. El juego se llama chupitos corporales y forma parte de las actividades con que se amenizan las rutas nocturnas que ofrece el local Pub Crawl. Después de un trago, se cambia de local y así sucesivamente hasta al amanecer; mientras, los participantes van interrumpiendo el sueño de los vecinos con sus gritos... o sus meadas. Aunque suene a crónica de una noche de Saloufest, esto sucede en las calles de Ciutat Vella. El Consistorio las llama “rutas de borrachera” y se ha decidido a combatirlas imponiendo multas de 900 euros tanto a los locales como a los promotores y usuarios.

“El turismo es una pieza importante, pero hemos de trabajar para minimizar los problemas que genera”, argumentó el primer teniente de alcalde, Joaquim Forn (CiU). La regidora del distrito de Ciutat Vella, Mercè Homs (CiU), explicó que hay varios locales identificados y que ya se ha hablado con sus responsables para acabar con este negocio. La medida comenzará a aplicarse en julio.

La medida fue aprobada mediante decreto por el alcalde Xavier Trias (CiU) el jueves y se hizo pública ayer en rueda de prensa. Según Homs, se enmarca en el gran plan que se está desarrollando en Ciutat Vella para controlar el ruido que produce el ocio nocturno. La restricción se aplicará entre las once de la noche y las siete de la mañana. Si uno de los locales participantes reincide, se podrá doblar el valor de la multa o estudiar su precinto.

En el caso de Pub Crawl —que está en la mira del Consistorio y cuyo responsable declinó a hacer comentarios sobre la medida—, por 15 euros se ofrece una ruta de cuatro bares y una entrada a discoteca, con una copa en cada uno. Según su página web, las salidas se realizan de lunes a domingo. El lugar de encuentro es el bar Tequila, en la calle de los Escudellers. La cita es a las diez de la noche y se ofrece unirse a la fiesta a “aquellos que se crean capaces”. Los grupos, según el Ayuntamiento, pueden llegar a ser de 60 personas.

Forn calificó de "valiente" la medida decidida por el Consistorio

Forn calificó la medida de “valiente” y la equiparó a la decisión de expulsar los autocares turísticos del barrio de la Sagrada Família. A la espera de conocer el texto final del decreto y la explicación del mismo a la Guardia Urbana, es difícil evaluar la aplicación de la medida. Según la nota de prensa, se prohíben “las rutas organizadas entre establecimientos de concurrencia pública de Ciutad Vella”, lo cual, como sucede con la ordenanza que regula el uso del bañador en la ciudad, podría dar lugar a situaciones rocambolescas. ¿Cómo probar que un grupo es organizado o no? ¿En qué se diferencia de un grupo de colegas a los que se les va la mano con las cervezas?

La regidora aseguró que los grupos que participan en las rutas de borrachera son fácilmente identificables gracias a distintivos que llevan los participantes, como brazaletes, y la presencia de un guía que los conduce por el centro. Homs explicó que el distrito ya tiene identificadas algunas zonas donde se realizan estas actividades, como la plaza Reial, la calle Ample, Nou de la Rambla, el Born, el paseo marítimo de la Barceloneta y la calle de Joaquín Costa.

Otro de los puntos que quedan en el aire es el de las despedidas de solteros. Forn explicó que el decreto no va orientado a estas celebraciones, pero que la Guardia Urbana igualmente perseguirá a los participantes en este tipo de fiestas si “tienen un comportamiento similar al de los grupos organizados” y alteran el descanso de los vecinos. El gobierno municipal tampoco se cierra a aplicar la medida en otros puntos de la ciudad.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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