Presión vecinal al cumplirse ocho meses de la desaparición de Ruth y José
La calle de un familiar de Bretón amanece empapelada con la cara de los niños
Los miembros de la familia de José Bretón sufren en primera persona la presión social por la desaparición, el 8 de octubre, de Ruth y José. Cuando se cumplen ocho meses de este suceso, la calle de Córdoba donde vive la tía paterna de los menores perdidos, Catalina Bretón, ha amanecido empapelada de pasquines con los rostros de sus sobrinos. También por la mañana, un grupo de personas han repartido esos mismos folletos y caretas con el rostro de los pequeños frente al trabajo de la mujer.
José Bretón, el padre de Ruth y José, permanece en prisión preventiva desde el 21 de octubre por la desaparición forzosa de sus hijos, de seis y dos años. Sigue manteniendo que perdió a los niños mientras paseaba con ellos por un parque de la ciudad. Ningún testigo recuerda haberle visto con ellos, a pesar de que se trataba de una soleada tarde de sábado en un parque muy frecuentado.
Tampoco las cámaras de seguridad que registraron sus movimientos en coche captaron la imagen de los pequeños. Como conclusión, la policía y el juez de instrucción están seguros de que nunca llegaron allí. Sospechan que la finca que los padres de Bretón poseen en Las Quemadas, a las afueras de Córdoba, donde los niños pasaron unas horas con su progenitor antes de desaparecer, es la pieza clave de todo el asunto.
Esa misma finca ya fue objeto, la semana pasada de otro acto de presión contra los abuelos paternos de Ruth y José. Una gran pancarta con frases escritas en primera persona, como si fuesen dichas por los propios niños, fue colgada en la puerta de la parcela mientras los padres de José Bretón se encontraban dentro.
El lunes esa parcela volverá a ser rastreada por los agentes, esta vez con maquinaria pesada. Buscan descartar de una vez si los cuerpos de los niños se encuentran allí. A pesar de estar convencidos de que Las Quemadas puede guardar el secreto del paradero de los niños, el juez no ha descartado en ningún momento la posibilidad de que estos sigan vivos en otro lugar.
Eso mismo mantiene José Bretón, pero solo sus padres y sus dos hermanos parecen creer la versión del detenido de que perdió a los chiquillos accidentalmente. El juez instructor, José Luis Rodríguez Lainz, ha detectado inexactitudes, imprecisiones e incluso contradicciones en los interrogatorios. El magistrado también destaca en el auto de procesamiento a Bretón, que cree percibir una mayor preparación de todos para dar cohesión a sus versiones en favor del procesado.
Pero en ningún momento ha hallado motivos suficientes para acusarles de nada relacionado con la desaparición de Ruth y José. Ello no ha bastado para frenar la ira de algunos allegados y familiares de la madre de los niños, Ruth Ortiz, personada como acusación particular. Todos afirman que los Bretón ocultan información, no dicen toda la verdad y no colaboran con el juez ni la policía.
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