Un mes de mayo con el ozono en niveles preocupantes
Ecologistas en Acción alerta de que empeorarán durante el verano
Llega el calor y las largas horas de sol, y con ellos aparece el ozono, un contaminante atípico —ni se ve ni se huele; nada que ver con la boina de Madrid, formada por óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión— al que no se espera en el centro de la capital sino en lugares presuntamente limpios como los pueblos de la sierra. El ozono troposférico (llamado ozono malo, frente al bueno, el estratosférico, que hace de filtro de la radiación ultravioleta) ya ha hecho acto de presencia. Y eso, tal y como advierten desde Ecologistas en Acción, significa que lo peor está por llegar. Según datos de la organización, que usa a su vez los de la Comunidad de Madrid, la “casi totalidad” de las 23 estaciones de medición de la red superó el umbral de protección a la salud por ozono en mayo pasado.
Ecologistas se basa en dos baremos para alertar del exceso de contaminación. Por un lado, la directiva europea, que marca como umbral el límite de 120 microgramos de ozono por metro cúbico de media en ocho horas. Por otro, la Organización Mundial de la Salud, que es bastante más exigente y considera que el umbral más adecuado está en 100 microgramos. “En ambos casos, este umbral no puede ser superado en más de 25 veces al año, aunque es muy probable que a lo largo del verano la mayor parte de las estaciones lo superen”, explica Juan García, de la organización ecologista. Con el baremo de la OMS, solo la estación de Valdemoro se libra del incumplimiento. Con los límites europeos, los legalmente vinculantes, poblaciones como El Atazar (11 días de superación) y Orusco y Algete (10 cada una) van camino de superar el máximo de 25.
La Consejería de Medio Ambiente recuerda que el umbral de información no se ha superado y que mayo ha sido un mes especialmente caluroso y de mucha insolación. Las Administraciones solo están obligadas a avisar a los ciudadanos si el ozono supera ese umbral: 180 microgramos por metro cúbico en una hora. El año pasado sucedió 24 veces en seis estaciones. Se recomienda entonces usar transporte público y no hacer ejercicio al aire libre. “El ozono es un contaminante secundario, que se forma con la presencia de otros”, explica el neumólogo Ramón Fernández Álvarez, de la Sociedad Española de Neumología. “Es un gas irritante de las vías aéreas que empeora los síntomas de personas con EPOC o con asma y que deriva en más ingresos hospitalarios”. ¿Cómo evitarlo? “No exponiéndose”, señala. Y para eso es necesario saber cuándo está alto.
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