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Nueva imagen y ‘paternidad’

La restauración de la Crucifixión de la iglesia dels Dolors de Girona atribuye la obra a otro pintor

J. Á. M.
Una restauradora monta la tela para instalarla en su iglesia de Girona.
Una restauradora monta la tela para instalarla en su iglesia de Girona.EFE

Las restauraciones de las obras de arte son como un chequeo general para saber cuál es el estado de salud de una persona. A veces, lamentablemente, este examen a fondo concluye con un diagnóstico con sorpresas. Lo mismo les ocurre a las obras de arte que son intervenidas en el Centro de Restauración de bienes Muebles de Cataluña (CRBMC), un auténtico hospital del arte que este año cumple 30 interviniendo en el patrimonio catalán: las sorpresas pueden llevar al cambio del autor de una obra. Es lo que ha pasado con La Crucifixión o Quinto dolor de la Virgen María al pie de la cruz, una obra de título tan largo como dimensiones tiene la tela -4,60 metros de ancho por 3,60 metros de alto- que pertenece a la Iglesia dels Dolors de Girona. Tras los trabajos el autor de la pintura de este enorme cristo crucificado ha pasado de ser Joan Carles Panyó a ser el vicense Marià Colomer i Parés, por lo que ha cambiado su paternidad.

La obra de Marià Colomer i Parés una vez restaurada.
La obra de Marià Colomer i Parés una vez restaurada.CRBMC

Este viernes esta “nueva obra” ha comenzado a instalarse en su lugar de origen para acabar junto a otras cinco telas hermanas. Las seis, pintadas a finales del siglo XVIII y principios del XIX, conforman uno de los conjuntos de pinturas sobre tela de tema religiosa de más envergadura de Cataluña, y uno de los grandes ciclos de la pintura barroca de Cataluña, según el historiador Francesc Miralpeix, de la Universidad de Girona, que ha realizado la nueva atribución.

La intervención, según una nota emitida por el Departamento de Cultura de la Generalitat, ha consistido en la recuperación de la legibilidad de la capa pictórica, ennegrecida por el negro del humo acumulado que impedía ver la pintura y la consolidación del soporte. Los trabajos han permitido conocer que la pintura fue sometida a altas temperaturas, quizás durante la guerra civil por las hogueras que se realizaban en el interior del tempo. Por último también se han 'remendado' los agujeros y roturas de la tela. ¡Un trabajo arduo, sin duda!

Ahora, la obra vuelve a lucir un aspecto parecido al que tuvo, cuando fue pintado, esta vez sí por Colomer i Parés, que concibió la obra oscura para evocar una ambientación de penumbra, casi en claroscuro para añadir dramatismo a la escena.

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Sobre la firma

J. Á. M.
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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