La Diputación se enzarza de nuevo con el Consorcio de Transportes
La polémica institucional en torno al Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) vivió ayer un nuevo episodio. Al cese en 2010 como director gerente de Juan Cruz Nieves —le sustituyó en el cargo Iñaki Prego—, la posterior renuncia a la presidencia del diputado general, José Luis Bilbao, y el largo conflicto en Metro Bilbao, cerrado la semana pasada tras un año de movilizaciones, se sumó ayer el cruce de acusaciones por el retraso en la instalación en Bizkaibus de las canceladoras para la tarjeta inteligente de transporte Barik.
El presidente del Consorcio, el socialista Mikel Torres, anunció en una rueda de prensa que, a partir del 1 de enero de 2013, los únicos títulos con los que se podrá viajar en los distintos medios de transporte público vizcaínos serán la mencionada tarjeta, que no requiere contacto con las canceladoras, y el billete ocasional.
Torres precisó que en la actualidad 24.000 usuarios participan en la prueba piloto de Barik, que ya funciona en Metro Bilbao, el tranvía, Bilbobus y Euskotren. En junio está previsto que se incorpore a esta fase de pruebas Bizkaibus, gestionada por Diputación. El retraso se debe, explicó Torres, a los cambios en la colocación de canceladoras en los autobuses de la flota solicitados por la institución foral. “Ha pedido dos de salida en los vehículos de más de 15 metros para agilizar el descenso de pasajeros. Hay que fabricar otras 51 canceladoras”, dijo.
La diputada de Obras Públicas y Transportes, Itziar Garamendi, lamentó después en un comunicado haberse enterado por los medios de la fecha en la que el Consorcio colocará las canceladoras en Bizkaiubus. Respondió que “las cosas que se pidieron no afectaban a su instalación en el plazo previsto [mes de abril]”.
