PNV y PP se alían para tumbar todos los cambios propuestos por los socialistas

El PNV y el PP optaron ayer por no entrar siquiera a discutir sus acuerdos o sus discrepancia con las concretas y profundas reformas fiscales que los socialistas plantearon en el primer pleno monográfico sobre fiscalidad que celebraba el Parlamento en toda su historia. En ellas ve el Gobierno el único modo de conseguir de suficientes recursos para mantener los servicios esenciales. Ambas formaciones votaron juntas en contra de todas como forma de desautorizar al Parlamento como foro para esta cuestión y decir al PSE que su esfuerzo por que la Cámara tenga un papel, siquiera en la definición de líneas generales de una política fiscal única, será vano mientras no se recoja en la legalidad.

El PNV acepta abrir una discusión “general” sobre gastos e ingresos

Los dos partidos coincidieron en su defensa del marco competencial en vigor, y sacaron adelante todas sus propuestas, salvo una del PNV que pedía la transferencia de la Seguridad Social, empezando por la que consolida el “respeto” de la Cámara a las competencias fiscales de las diputaciones y las juntas generales. Sí hubo diferencias entre ambos, por una agresividad mucho más marcada en las intervenciones del PP.

El portavoz socialista, José Antonio Pastor, que abrió el fuego como grupo proponente del pleno, puso el acento en la necesidad de recuperar la presión fiscal, inferior a la media europea en casi seis puntos y subrayó contrasentidos como que la renta media que se declara en Bizkaia por actividades profesionales y empresariales sea un 40% menor que la declarada por rentas de trabajo. Pastor argumentó también con el informe de la UPV Bases para una reforma fiscal en el País Vasco, que alertó de una “tolerancia extrema” de las Diputaciones con el fraude, lo que les resta legitimidad ante quienes sí pagan.

El Ejecutivo destaca que sin más dinero será imposible reducir el déficit

El PNV se mostró medidamente abierto a contemplar acciones sobre los ingresos, como viene reclamando el Gobierno. “No nos oponemos, estamos dispuestos al diálogo, lehendakari”, dijo su parlamentario Ricardo Gatzagaetxebarria, quien admitió que la caída de la recaudación obliga a abordar “un debate general” también sobre el ingreso. Hasta hace nada la doctrina del PNV era que este no procedía o, en palabras del diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, que la vaca no podía dar “más leche” porque estaba “enferma”.

Gatzagaetxebarria usó ayer otro tono: “Estamos dispuestos a analizar mejor en Renta y en Sociedades”, apuntó, convencido de la necesidad de “un acuerdo importante en materia de fiscalidad y estimulación de la actividad económica”. En cambio, pidió “propuestas articuladas” y en el marco del Órgano de Coordinación Tributaria (OCT), que la socialista Joana Madrigal sostuvo que se ha demostrado “inoperante”. Mientras el PSE abogó por subir la tributación de los tramos más altos del IRPF y el de Sociedades hasta el 30%, como en el resto de España, el PNV no concretó sus fórmulas.

La intervención del Gobierno, a través del consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, puso negro sobre blanco que sin recuperar presión fiscal y aumentar ingresos resultará “imposible” reducir el déficit en 2013 en 670 millones.

Aguirre denostó la “peculiar” falta de competencia de las instituciones responsables del gasto en toda decisión sobre cómo recaudar y fue muy duro con las Diputaciones. “Se han mostrado incapaces para sostener los ingresos”, respecto de los que “no ha habido una gestión adecuada”. Sus resultados “no son los esperados”, por lo que Aguirre pidió “un modelo que acerque la presión fiscal a la media de la UE y ayude a la recuperación económica y “una mayor colaboración interinstitucional”.