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El juez mantiene imputados a dos empleados de Baqueira por la muerte de un niño

El menor quedó enterrado bajo la nieve que movía una máquina que preparaba las pistas

El titular del Juzgado de Instrucción de Vielha (Val d’Aran), Javier Vázquez, ha cerrado la instrucción de la causa por la muerte de un niño británico de cinco años en la estación de esquí de Baqueira Beret y mantiene imputados a dos trabajadores, el conductor de la máquina pisanieves que lo sepultó bajo una mole de nieve y el responsable del funcionamiento de los servicios del complejo.

El juez entiende que los dos trabajadores, Jordi M. y Jordi C., pueden ser autores de un delito de homicidio por imprudencia grave y señala a la sociedad Seguros Catalana de Occidente como posible responsable civil directa por los perjuicios causados.

El desgraciado accidente se produjo sobre las 17.15 horas del 25 de febrero de 2001, poco después del cierre de las instalaciones, cuando el niño quedó enterrado bajo la nieve que movía una máquina que preparaba las pistas para el día siguiente junto a la zona de acceso del telesilla Pla de Baqueira. El conductor no se percató de la presencia del menor, que estaba jugando detrás de un montículo de nieve a escasos metros de su padre y hermanos.

El juez considera que el conductor, Jordi M., que tenía el cargo de responsable de las pistas de la zona de Baqueira y no estaba en posesión de la titulación adecuada ni había seguido una preparación específica para la conducción de máquinas de este tipo, no prestó “la atención debida” a lo que sucedía en el radio de acción de la máquina y como consecuencia de ello no reparó en que, tras el montículo de nieve que había formado, se encontraba el niño Federico N., quien quedó completamente sepultado.

El menor fue rescatado al cabo de un minuto en situación de parada respiratoria y, una vez atendido por el servicio médico de pistas, fue trasladado al hospital de Vielha en estado grave. Posteriormente fue derivado a un hospital infantil de la ciudad francesa de Toulouse, donde falleció tres días después como consecuencia de un síndrome de asfixia.

El magistrado señala que Jordi C., responsable de la estación y superior en ese momento del conductor de la máquina pisanieves, permitió conscientemente que las máquinas trabajaran a horas en las que normalmente había esquiadores en sus proximidades, en contradicción con el horario aplicado a los trabajos de acondicionamiento de las pistas, que se iniciaba una vez concluido el cierre de las mismas y cuando, por tanto, se había comprobado la ausencia de esquiadores en las zonas de trabajo. La normativa prohíbe, por precaución, el uso de las máquinas durante el día y en lugares frecuentados por esquiadores.

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