El jurado declara culpable al acusado del ‘caso Rangel’
Desechado el atenuante por ingesta de alcohol en el asesinato de Rentería Keny Lexzur González asestó nueve cuchilladas a su pareja en 2008
Keny Lexzur González, el ciudadano de origen venezolano que asestó nueve puñaladas a su pareja, Clara Rangel, causándole la muerte en dicimebre de 2008 en Rentería (Gipuzkoa), fue declarado ayer culpable de asesinato por el jurado popular encargado de dilucidar el caso. El fallo desestima la defensa planteada por el abogado del acusado, que la ingesta de alcohol y drogas provocó en su cliente un trastorno mental transitorio, por lo que solicitó durante el juicio su absolución.
El veredicto culpa además a González de un delito de homicido en grado de tentativa por las heridas que causó al hijo mayor de Rangel y de otro de lesiones por los cortes que provocó a su propio hermano. Ambos intentaron socorrer a la víctima.
El fallo desestima el consumo de alcohol como atenuante en el momento que el asesino atacó a Rangel pero establece que González tenía sus facultades mentalemente afectadas cuando hirió al hijo de la vícima y a su hermano.
La fiscalía solicitó, a la vista del fallo, 33 años y medio de prisión, frente a los 35 de la acusación particular, en nombre del hijo mayor de la víctima, y los 34 de la abogada del estado, en representación de la Delegación Especial del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer. Por su parte, la defensa, solicitó 19 años y medio.
El jurado se reunió para deliberar minutos después del mediodía y sobre las 21.50 la portavoz leyó el veredicto ante el presidente del tribunal, el procesado y el resto de partes. El juicio quedó visto para sentencia el pasado viernes tras cinco jornadas en que, entre otros, declararon el acusado, el hijo mayor de Rangel, Javier Alejandro, y el hermano del agresor, Keino González.
El asesino asestó nueve puñaladas alrededor de las 12.00 del 29 de diciembre de 2008 a Rangel, una de las cuales, en el cuello, resultó fatal, seccionándole la arteria y provocando una “masiva y rapida” pérdida de sangre, según detallaron los forenses en una de las sesiones del juicio.
El agresor sorprendió a la víctima tumbada en la cama, de acuerdo con el relato que ofrecieron los peritos. Rangel no tuvo oportunidad de defenderse: la autopsia no halló en sus manos rastro alguno que evidenciara que opuso resistencia.
González después agredió al hijo mayor de Rangel, que acudió en auxilio de su madre tras escuchar los gritos de ésta, y a su hermano. Todo en presencia de los dos hijos menores de la pareja, que por aquel entonces tenían dos años y seis meses.
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