El hombre que se reía con Aguirre y Rajoy

Arturo Canalda es el último Defensor del Menor de la Comunidad. El puesto, ocupado por el abogado madrileño desde noviembre de 2006, es prescindible, según acuerdo de la Asamblea. Otro destino público por gracia del Partido Popular le espera mientras aguarda la defunción definitiva de su cometido. Un lapso que Canalda, padre de seis hijos, ocupa con su estación de radioaficionado y sus cámaras antiguas; sus dos principales aficiones, en las que se inició con 16 años.

El paso de Canalda por la oficina encargada de velar por los niños madrileños —una institución independiente y no ejecutiva— ha tenido algunos recodos polémicos. En 2011 la red social Tuenti le canceló la cuenta, por ejemplo. Canalda se jactó publicamente de haber creado un perfil falso para vigilar a su numerosa prole. Las presuntas irregularidades denunciadas por el Defensor del Pueblo en el centro de menores Picón de Jarama y su posterior condescendencia con la empresa gestora de dicho lugar también le salpicaron. Su última fricción con algunos sectores fue la defensa de los chicos participantes en las Jornadas Mundiales de la Juventud en su enfrentamiento con otros menores participantes del Movimiento 15-M. Canalda tomó partido por los jóvenes católicos. “la verdad es que no soy muy religioso”, reflexiona el aún Defensor del Menor cuando se le pregunta por sus convicciones religiosas.

Curtido en la política y en la gestión desde hace muchos años, Canalda cuenta con la amistad de Esperanza Aguirre y de Mariano Rajoy —“te ríes mucho con ambos”—. Ha trabajado a las órdenes de los dos dirigentes en distintos periodos de su actividad política. Entró en política a través del actual consejero de Sanidad de Madrid, javier Fernández-Lasquetti, entonces miembro del gabinete ministerial del actual presidente del Gobierno. Pasó por el Canal de Isabel II, del que fue gerente, y uno de los logros de los que está más satisfecho es de haber participado en “la construcción de los ocho hospitales y 50 centros de salud” como viceconsejero de Sanidad.

Hijo de un ingeniero de Caminos y vecino de Chamartín, Canalda aún está pendiente de leer su tesis. Un trabajo sobre modelos de financiar infraestructuras públicas. Ahora puede ser el momento.