La resurrección del tomate negro
Una cooperativa de Ferrol planta variedades casi extintas de tres hortalizas
A menudo, los agricultores tienen que reinventarse y poner nuevos productos en el mercado para renovar el sector. Como una tienda de ropa que cambia de colección cada pocos meses. Cinco productores de la Cooperativa do Campo Galego de Ferrol se han embarcado en una iniciativa para rescatar seis variedades autóctonas de tres hortalizas que habían dejado de plantarse y que quieren reintroducir en la cocina galaica: dos tipos de cebolla (de Vilagarcía y de Ribadeo), dos de tomate (de Ourense, y el negro de Santiago) y dos de pimiento morrón.
Detrás de este proyecto de innovación hortofrutícola está Costa Noroeste, una asociación sin ánimo de lucro que integran 12 ayuntamientos de la comarca ferrolana y que manejan fondos europeos (Leader 2007-2013) para el desarrollo rural que se canalizan a través del programa Nuevos Horizontes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para la promoción de nuevos cultivos.
Los alcaldes de Ferrol y Narón firmaron este mes un acuerdo con el presidente de la Cooperativa de O Val, Benito Castro Allegue, para financiar un campo experimental de 3.620 metros en terrenos de la agrupación rural con campos en Narón y Serantes (Ferrol). Hace un mes y medio que plantaron las semillas de las seis variedades que habían desaparecido de los mercados de abastos en un gigantesco invernadero en la parroquia naronesa de O Val. Darán su fruto hacia mediados de junio, pero la dirección de la cooperativa todavía no se atreve a hacer un pronóstico. “Vamos un poco a ciegas porque es la primera vez que las plantamos y depende mucho del tiempo”, explica Benito Allegue. Cuenta que las plantas ya germinaron y están en flor. Pegaron un estirón con el sol de marzo pero se estancaron en abril, en pleno temporal de lluvia y frío.
Una sociedad sin ánimo de lucro con fondos europeos ideó los cultivos
Costa Noroeste se ocupó de obtener las semillas en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM), donde se conservan infinidad de variedades clasificadas por nombre y número que entregaron sin coste a la sociedad agraria. Por ejemplo, las dos variedades de pimiento morrón replantadas en Ferrol están inventariadas como 117 y 120. Aunque se trata del mismo vegetal, su sabor, textura y forma cambia completamente, explican desde la cooperativa de O Val. Describen uno de los pimientos como “carnoso y uniforme” y del tomate negro de Santiago cuentan que es “feo y basto pero muy sabroso”.
El contrato con Costa Noroeste obliga a los cinco productores involucrados en Nuevos Horizontes a devolver al CIAM el doble de la semilla que recibieron al recoger la cosecha para garantizar su producción futura. Juan José Fraga es uno de los cinco socios que se han embarcado en el cultivo experimental de tomate negro y morrón junto a Yolanda Orjales, Jesús Manuel Gómez, Marta María Nova y Beatriz Rodríguez. Explica que sus tomates van altos pero algo atrasados por el clima errático y confía en que su sabor y calidad los conviertan en éxito de mercado.
La Cooperativa de O Val suma un millar de socios y cultiva más de 100.000 metros de terreno en Narón, 30.000 bajo cubierta. Desde el 2010, 32 socios productores de la sección de huerta se agruparon en la Cooperativa do Campo Galego, que se ocupa de la parte más experimental de los cultivos. Nuevos Horizontes arrancó en 2011 pero sólo dos agricultores naroneses se sumaron ese año al proyecto con una variedad de repollo y otra de cebolla que no tuvieron la buena acogida que esperaban y que achacan a su inexperiencia para colocarlos en el mercado.
Dos tipos de cebolla, dos de tomate y
Este año, son cinco y ya han hecho los deberes. Cuentan con dos grandes cadenas de alimentación, una gallega y otra estatal, que están interesadas en comercializar su producción en un envase diferenciado que llame la atención del consumidor y que le aporte un toque distinguido. “Si sale bien, es un producto nuevo que ponemos en el mercado y que no tienen los demás. Supone un riesgo pero es pequeño”, resume Allegue.
La cooperativa naronesa se ha hecho popular por cultivar y vender el Pemento do Couto, similar al de Padrón aunque es más alargado y nunca pica. Esta hortaliza, producto estrella de O Val, le reportó a la 340.000 euros con 200.000 bolsas vendidas en 2011, que supuso una buena parte de su facturación anual. Aún así, un verano más bien frío les hizo la puñeta y la producción cayó un 40% con respecto al 2010, cuando hubo un estío muy caluroso.
Costa Noroeste se encargará de la promoción de los nuevos cultivos a través de una jornada técnica y un taller de degustaciones para llevar a la boca parte del “patrimonio agrícola de Galicia que se había perdido”.
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