La Audiencia ve “irracional” la tesis exculpatoria del condenado
El tribunal ratifica la condena de 10 años de internamiento por asesinato
Ander E., el joven de 18 años condenado por asesinar a la vecina de Zarautz Amaia Azkue, de 39, cuyo cadáver maniatado fue hallado en un pantano el 16 de marzo de 2011, cumplirá 10 años de internamiento en régimen cerrado y cinco más de libertad vigilada. La Audiencia de Gipuzkoa ha ratificado la sentencia dictada el pasado abril por una juez de Menores de San Sebastián.
La sentencia rechaza el recurso de apelación interpuesto por la defensa del joven y confirma íntegramente el fallo inicial, que consideró al acusado, quien cuando ocurrieron los hechos tenía 17 años, culpable de asesinato, robo con intimidación, sustracción de vehículo a motor y contra la seguridad vial —condujo el coche de la víctima sin tener el carné—. Se trata de la máxima pena que se puede imponer a un menor. Además, deberá indemnizar a los allegados a Azkue con 992.000 euros.
Proceso
- El 16 de marzo de 2011 el cadáver maniatado de Amaia Azkue es hallado flotando en el embalse de Ibai-Eder, en el término de Azpeitia.
- El 17 de agosto de 2011, un día antes de cumplir 18 años, Ander E. se entrega en la Fiscalía de Gipuzkoa y se declara eutor del crimen.
- En enero de 2012, Ander E. cambia la versión. Se exculpa e incriminado a una tercera persona como el autor del crimen.
- El 2 de abril, un Juzgado de Menores le condena a 10 años de internamiento y cinco más de libertad vigilada.
La defensa recurrió el pasado 13 de abril. El abogado Joanes Labayen argumentó que se habían vulnerado los derechos de su joven defendido, que la cadena de custodia de algunas de las pruebas se había roto y que la segunda versión ofrecido por Ander E., cuando se declaró inocente e incriminó a una tercera persona como autor del crimen “no fue investigada”.
La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Augusto Maeso, considera que hay pruebas de cargo “más que suficientes” para rechazar el recurso de la defensa. A la confesión inicial que el joven prestó en agosto de 2011 —de la que luego se desdijo en enero pasado—, se suma una pluralidad de medios de prueba o los restos biológicos del condenado, de los que se desprende la explicación “racional” de que cometió este crimen. Y avala el móvil económico del asesinato. El joven extrajo 600 euros de un cajero tras sustraerle a la víctima las tarjetas bancarias.
De este modo, la sentencia incide en que el hallazgo de restos biológicos de Ander E. y de Amaia Azkue en el cordón con el que esta fue atada, el cinturón encontrado en el maletero de su vehículo, o un trozo de tela que se corresponde a la usada para hacer otra ligadura a la víctima, acreditan que cometió el crimen. Respecto a su declaración exculpatoria de enero pasado, después de que inicialmente se declarara culpable, la Audiencia la considera “increíble” e “irracional”, además, de “nada espontánea y preparada en el tiempo”.
Labayen presentó durante la vista de apelación el testimonio de la abuela de la novia del condenado, en un intento fallido por justificar la versión exculpatoria. El tribunal encuentra ahora “sorprendente” y “sin elementos que corroboren mínimamente la versión incriminatoria de una tercera persona” que esa mujer introdujera en su testimonio una serie de datos “no afirmados previamente” por su marido, quien era testigo directo.
“Se ha hecho justicia con acierto y rapidez”, asegura la acusación
La mujer, junto a los padres de la novia de Ander E., afirmaron haber recibido “visitas extrañas” en su domicilio. Según recoge la sentencia de la Audiencia, “no tiene sentido” que el supuesto tercer hombre haya merodeado por la vivienda de la familia de la novia del procesado, cuando según la versión del condenado, este hombre “únicamente se habría preocupado de conocer la identidad y domicilio de los progenitores del joven Ander”.
El fallo llega tan sólo una semana después de la vista de apelación, ya que vence el periodo de nueve meses que un menor puede permanecer en situación de internamiento provisional. De no haberse notificado la resolución, el condenado debería haber sido puesto en libertad a la espera del fallo al cumplirse mañana este plazo.
Miguel Castells, abogado de la acusación particular que representa al viudo de Amaia Azkue y a sus hijas, y María José Aguado, en representación de las hermanas de la fallecida se encontraban ayer “satisfechos”.
Castells destacó la importancia de la rapidez, no solo del fallo de la Audiencia Provincial sino de todo el proceso judicial desarrollado, que ha durado un año y dos meses. “Se ha hecho justicia con acierto y rapidez, dos circunstancias muy importantes para la administración de la justicia, porque una justicia rápida es doble justicia”, señaló el letrado en declaraciones a EL PAÍS. Castells estaba convencido de que no iba a haber sorpresas en esta segunda instancia: “Las pruebas eran contundentes y la declaración de la abuela de la novia en la Audiencia como testigo no tenía ni pies ni cabeza”. Este abogado reconoce que tenían “claro la línea a seguir durante el juicio” y que lo más “complicado y trabajoso” ha sido prever por dónde iba a ir la defensa a golpe de “esfuerzos imaginativos”.
El viudo de Azkue, conductor en una empresa de transportes, se encontraba trabajando cuando Castells le notificó por teléfono el fallo.
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