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La salida del letargo

Las manifestaciones despiertan el 15-M en Euskadi Unas 3.000 personas participan en la marcha de Bilbao

Dos personas de avanzada edad participan en la manifestación del 15M en Bilbao.
Dos personas de avanzada edad participan en la manifestación del 15M en Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

Quienes apoyan el movimiento 15-M aseguran que tiene futuro porque persisten las causas que lo originaron. Lo explica Igor, un joven vitoriano de 25 años en paro, vinculado desde el principio a Democracia Real Ya (DRY), la organización cuya chispa prendió la hilera de pólvora indignada por plazas de toda España: “Todo sigue igual o peor, nada ha cambiado, y más que nunca necesitamos demostrar que seguimos ahí. Que se cumpla un año es una excusa como cualquier otra para salir a la calle”.

Los indignados vascos tenían confianza en que las marchas de ayer reactivaran un movimiento que parecía sumido en un letargo y las expectativas se cumplieron. La manifestación de Bilbao congregó a cerca de 3.000 personas, según cálculos de este periódico, una cifra similar a la registrada en la convocatoria de hace un año, y en Vitoria, otras 2.000 salieron a la calle, informa EFE.

“Ahora no es tan visible”, explica un vitoriano miembro del movimiento

Junto a DRY y el 15-M, diversas plataformas y colectivos sociales como Stop Desahucios se sumaron a la convocatoria. El antropólogo y politólogo Manuel Mandianes define el movimiento como “una hidra de 1.000 cabezas donde ninguna es el 15-M pero todas son el 15-M”. Tal vez esa visión explique por qué este movimiento es permeable para que en él se integren o se apoyen otras reivindicaciones sociales. Profesionales de la Educación, desahuciados, desempleados, jubilados.

Porque el 15-M no ha muerto, pero sí ha evolucionado. “No es tan visible”, explica Igor, “está disperso en los barrios, en Vitoria nos reuníamos cada semana, pero lo importante es el concepto de asambleas virtuales, que no existía hace un año. La gente es más consciente de que las alternativas están en Internet, al alcance, y no hay excusa para no estar informado”.

“No es fácil cambiar
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La acampada de Vitoria, en la plaza de la Virgen Blanca, se empezó a gestar en vísperas de las última elecciones municipales y permaneció en pie un mes. La de Bilbao aguantó dos. Pero como ocurrió en otros lugares, el fin inicial y simbólico para el que había sido creada la acampada se desvirtuó, y muchos lo relacionaron con el fin del 15-M. Javi, de 29 años, miembro de Acampada Gasteiz, que aglutina —si se le puede llamar así— al 15-M alavés, dibuja un futuro pesimista para el movimiento: “No es fácil cambiar la mentalidad de la gente, que es muy cómoda”. Una actitud, tal vez relacionada en Euskadi, con un nivel de vida superior al de otras regiones. “Quizás aquí se vive mejor. Pero la gente sigue estando quemada y necesita expresarlo”.

José Carlos estuvo muy vinculado a DRY en 2011, un apoyo que ha flaqueado por cuestiones laborales. “El tema en el País Vasco ha ido un poco hacia abajo”, reconoce, “en parte por esa idea aceptada por muchos de que la izquierda abertzale era la única que montaba ruido”.

A las 18.00 de ayer, hora de inicio de la marcha de Bilbao, las cercas de 200 personas que aguardaban en la plaza del Sagrado Corazón parecían encarnar el augurio de que el 15-M se desinflaba en Euskadi, pero cada metro recorrido de la Gran Vía desmentía el presagio. Miles de personas acabaron participando en la manifestación con gritos contra el sistema financiero y la clase política. Los indignados de Bilbao, según anunciaron, recibirán hoy a las 10.30 a Mariano Rajoy en el Palacio Euskalduna, donde este fin de semana se celebra el Congreso del PP vasco, informa Inés P. Chávarri.

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