José Luis Suárez, el eterno movimiento

Decía Artistóteles que el movimiento es el paso de la potencia al acto. Pues bien, la vida de José Luis Suárez es la del eterno movimiento, aunque no siempre la longitud del mismo tenga relación con su verdadera potencia. Pongamos por caso, hace 25 años se recorrió a pie varias veces la vieja vía del tren entre Santiago y Ourense. Pero este andar paso a paso, casi de peregrino, albergaba grandes proyectos porque con sus caminatas José Luis se estaba ocupando de planificar el reacondicionamiento completo de dicha vía en su calidad de ingeniero que ejercía para la empresa Agromán.

El establecimiento de José Luis Suárez en Galicia vino precisamente de la mano de esta constructora ahora integrada en otro grupo empresarial. Porque José Luis nació en Mallo de Luna, una pequeña aldea de la montaña leonesa muy próxima a Asturias que pudo ser inspiración para su vocación de ingeniero de caminos, pues en ella hoy se dan casi todas las grandes obras de su gremio: embalse, autopista, puentes, túneles… Descendiente de padres maestros, adquirió su formación técnica en la Universidad y fue enviado por Agromán a la ciudad de Ourense, donde desde sus jóvenes años ha fijado su punto de referencia. En esta ciudad se ha enraizado con su mujer y ha visto crecer a sus hijos.

También en Ourense acabó fundando su propia empresa, Copasa, de la que siempre ha sido presidente y que se ha convertido en una de las firmas más emblemáticas de Galicia, incluso ahora que ya han pasado varios años de crisis devastadora en el sector de la construcción. En Copasa ha emprendido proyectos de todo tipo, que le han llevado a moverse infatigablemente por España y por el mundo y a pasar casi más tiempo en los aeropuertos que en su casa. Es precisamente por eso por lo que aprecia más la vida familiar, como si de un bien escaso se tratase.

Tampoco es éste un empresario de los propensos a exhibir una imagen pública. Y bien podía si lo pretendiese, teniendo en cuenta que dirige una organización que hoy cuenta con 1.400 trabajadores, de los que una buena parte son de su misma profesión. De trabajar en su juventud en los accesos del viejo tren a Compostela, José Luis ha pasado ahora a participar en el nuevo trayecto del AVE entre las mismas ciudades, y más recientemente de la adjudicación del acceso ferroviario a La Meca. Arabia Saudí, Sudamérica y Vietnam son destinos frecuentes de los viajes de este gallego de adopción que no obstante siempre encuentra un momento para ver qué ha hecho esta jornada su querido Real Madrid.

Si como escribió Mateo por los frutos los conoceréis, la trayectoria de José Luis Suárez habla por sí misma de su personalidad, que es la de un hombre con la cabeza muy bien amueblada, dotado de una amplísima capacidad de análisis que le da su formación de ingeniería, la cual sin embargo no le impide asumir auténticos riesgos. Todo lo contrario, es capaz de adentrarse en aventuras atrevidas como el de dejar la seguridad de un salario fijo para crear su propia empresa, y de desarrollar los proyectos más ambiciosos, como ha sido últimamente el desembarco en la cuna del Islam. Perfiles como el de José Luis son de los que Galicia está cada vez más necesitada.