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La policía teme las consecuencias de un desalojo violento en Sol

Furgones por el centro, antidisturbios con cámaras, ofertas de diálogo y amenazas de multas El objetivo es eludir la delicada situación de disolver una acampada con seguimiento internacional Cifuentes intenta suavizar su discurso sin perder firmeza en la negativa a la acampada

Vídeo: GORKA LEJARCEGI / ATLAS

El músico y poeta Gil Scott-Heron escribió una canción en 1970 que llamó La revolución no será televisada. No se sabe si las protestas de celebración del aniversario del 15-M llegarán a emitirse o no, pero material de vídeo no va a faltar. Los indignados hace meses que lanzaron cursos para que los manifestantes aprendan a documentar con sus móviles las intervenciones policiales para denunciar abusos, y ayer la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, anunció que la policía hará lo propio. Algunos agentes antidisturbios contarán con cámaras móviles. La Dirección General de Policía Nacional asegura que solo se grabará si los antidisturbios llegan a intervenir. El objetivo es múltiple: documentar delitos, garantizar que la respuesta es proporcionada ante esos delitos, y proteger la seguridad de los policías con un elemento disuasorio más.

El convocante del acto de Sol recurre la limitación horaria

MARÍA HERVÁS

El convocante de la concentración en Sol con motivo del primer aniversario del 15-M ha recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid la limitación horaria y de espacio impuesta por la Delegación del Gobierno. El solicitante pidió al Ministerio del Interior reunirse en la plaza 96 horas desde la noche del sábado al día 15 con más de una veintena de amigos. Cifuentes anunció que el tiempo de reunión máximo serán 35 horas repartidas en cuatro días. El tribunal dictará una sentencia previsiblemente antes del viernes por la urgencia del asunto.

La concentración de Sol está dando dolores de cabeza no solo a las autoridades, sino también al propio 15-M. Diferentes colectivos del movimiento han asegurado a este periódico no conocer al promotor de la convocatoria. Es el caso de Democracia Real Ya (DRY) Madrid o la comisión de legal del 15-M. “No entiendo por qué este chico ha actuado sin tener en cuenta al resto”, lamentaba una indignada. “No sabemos quién es y no estamos de acuerdo con su manera de proceder”, sentenciaba Pablo Gallego, perteneciente a la recién estrenada asociación sin ánimo de lucro DRY.

El convocante, R. M., es el impulsor de la plataforma cívica Grupo Pluralista, que reivindica un "cambio del sistema dentro del sistema", según recoge su página, www.pluralista.org. La orientación del grupo no está en total sintonía con la sensibilidad mayoritaria del 15-M, un colectivo sin línea ideológica consensuada en el que pequeñas diferencias de enfoque a menudo derivan en importantes roces. La convocatoria de Sol ha molestado a muchos indignados porque su indefinición ha abierto las puertas a que Delegación fije arbitrariamente horarios. Eso explica que la orden sea disolver a las 22.00 en lugar de a las 24.00, hora prevista para representar el grito mudo.

Portavoces del 15-M no han querido aclarar qué hubiera hecho el movimiento de no mediar la convocatoria existente: si presentar ellos una redactada en otros términos o no presentar ninguna. Lo único seguro es que las limitaciones impuestas no convencen al colectivo. “Ya se verá qué hacemos cuando las marchas del próximo sábado lleguen al Kilómetro cero”, aseguraba L. M.

Además de permitir la concentración en Sol, la Delegación del Gobierno ha concedido autorización para dos actos previos al 15 de mayo. El primero se celebra desde ayer en el Paseo del Prado y finalizará el sábado (también a petición de un particular). El segundo será en Tirso de Molina los días 13 y 14, esta vez por iniciativa de ATTAC, movimiento contra los efectos perversos de la globalización. Todas girarán en torno a los recortes, la crisis y privatizaciones como la del Canal de Isabel II.

La iniciativa de grabar las intervenciones en las grandes manifestaciones de la era de los recortes se acordó en una reunión entre Soraya Sáenz de Santamaría y todos los delegados de Gobierno nacionales después de la contestada intervención policial en Valencia en marzo, según fuentes policiales. La práctica ya existía y se ha venido desarrollando en ocasiones puntuales en intervenciones delicadas. En esta etapa de efervescencia social pasa a ser protocolo que ya es habitual en Cataluña. Sindicatos policiales como el SUP respaldan la medida porque consideran que ofrece garantías tanto a manifestantes como a agentes. Las grabaciones con cámaras móviles no necesitan una autorización legal previa (al revés que las grabaciones Fijas), sino posterior en el caso de que las imágenes se utilicen como prueba.

La guerra de las cámaras es una prueba más de hasta qué punto están tomando precauciones todas las partes ante las protestas de este fin de semana. Está previsto triplicar la cantidad de antidisturbios en la capital (pasando de 600 a más de 1.500) y la presencia policial por el centro ya ha comenzado a notarse. “No son buenos días para el trabajo callejero”, comentaba C. R., una estatua humana en la calle de Arenal. “Estaba en Sol, pero se han acercado unos agentes y me han advertido que debía salir de la plaza”, contaba. Policías municipales y nacionales patrullan con insistencia las calles cercanas a la plaza, a pie, en furgón policial o a caballo.

Fe en las multas

El Partido Popular ha insistido mucho en que no dejará que se repita una acampada en Sol. Ahora se siente obligado a mantener su posición a pesar de lo delicada que puede resultar una intervención si este sábado los indignados cumplen su propósito de instalarse en la plaza. En una rueda de prensa ayer, Cristina Cifuentes, la delegada de Gobierno, ofreció una mezcla de actitud dialogante y firmeza. En varias ocasiones aseguró que su objetivo es conversar con portavoces del 15-M y garantizar su derecho a manifestarse, siempre que no coarten las libertades del resto de ciudadanos. Al mismo tiempo, insistió en que la negativa a acampar es innegociable y que la policía actuará con firmeza si se violan las limitaciones de horarios. Cifuentes no quiso usar el término línea roja para que no entendiera como “un desafío”, pero aseguró que tiene claro el límite de la protesta: “No habrá acampada”. 

De forma anónima, algunos agentes admiten su preocupación por la situación que se generaría en Sol si algunos manifestantes se decidiesen a acampar en medio de una concentración pacífica en la que puede haber incluso niños. El 15-M es un movimiento gaseoso y nadie sabe si la masa de manifestantes seguiría el impulso de una minoría dispuesta a desafiar los límites de horario.

El País

Delegación de Gobierno cuenta con que las sanciones administrativas sirvan como elemento disuasorio para evitar las cargas policiales. Fuentes de la policía confirman que la consigna es recurrir a cualquier medida que evite confrontaciones violentas. Avisos, multas y detenciones son las alternativas, junto a los registros preventivos con la intención de incautarse de materiales de acampada. Será la guerra a las tiendas de campaña.

Miedo a la imagen internacional

Las motivaciones de Interior y Delegación para minimizar las posibilidades de choques violentos no son exclusivamente filantrópicas. El Partido Popular considera que la imagen exterior de España podría verse comprometida si las televisiones extranjeras abren sus informativos con imágenes de policías apaleando a indignados en un punto tan emblemático como Sol. Después de una huelga general, con la caja de ahorros Bankia en proceso de intervención y los mercados poco comprensivos con los problemas españoles, una explosión de violencia a la griega se considera la gota que podría colmar el vaso de la confianza internacional. La misma Cifuentes reconocía ayer su aversión al cuerpo a cuerpo con una insistencia inusual: “Confío en que los manifestantes comprendan que lo que les planteo no es un pulso, sino una forma de garantizar sus derechos en convivencia con los derechos del resto de ciudadanos. Yo no lo planteo como un pulso. Con la que está cayendo...”.

Sindicatos policiales como el SUP respaldan la medida porque consideran que ofrece garantías tanto a manifestantes como a agentes

Pese a las toneladas de paños calientes aplicadas, los indignados no han apreciado la limitación de horarios a su concentración en Sol. Su plan era y sigue siendo reunirse 96 horas ininterrumpidas desde el día 12 al 15 para lanzar una asamblea multitudinaria que marque el resurgir del movimiento. Cifuentes ha establecido que solo podrán estar en la plaza 35 horas entre los cuatro días. En las redes sociales los miembros del 15-M insisten en que tomarán la plaza y, en una carta abierta redactada por la comisión legal del movimiento, se critica la restricción horaria del derecho de reunión. “Animamos a todas aquellas personas que deseen unirse las movilizaciones convocadas del 12 al 15 de mayo a que salgan a la calle sin miedo (...) Porque los derechos se conquistan ejerciéndolos ¡Nos vemos en las calles!”. Los portavoces del movimiento alegan, además, que el 15-M no es quien ha solicitado el permiso para manifestarse sino un particular, y que no se plantean moverse el sábado de la Puerta del Sol al menos hasta medianoche, para terminar la movilización con un grito mudo como hicieron en la jornada de reflexión de las elecciones municipales y autonómicas de hace un año.

La propia policía reconoce que el límite de las diez de la noche es solo un colchón para minimizar el riesgo de acampada

La propia policía reconoce que el límite de las diez de la noche es solo un colchón para minimizar el riesgo de acampada, pero que entra dentro de lo previsto que los manifestantes no se disuelvan hasta pasada la medianoche. Cifuentes también ha explicado que se aplicará “flexibilidad” y “sentido común”, sobre todo teniendo en cuenta que el sábado por la noche la Puerta del Sol suele llenarse de transeúntes.

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La delegada intenta ofrecer una imagen tan abierta que ayer incluso terminó cometiendo un desliz que podría haberla colocado en un difícil compromiso. Apuntó que, si el fin de semana llegan a Madrid muchos quincemayistas que no tienen dónde dormir, una solución alternativa a Sol podrían ser acampadas en zonas “donde no molesten”, citando la Casa de Campo.

Ante el revuelo causado por la invitación, Cifuentes aclaró unas horas después que la mención a la Casa de Campo era “metafórica”. Son días de nervios en torno a Sol.

Con información de Mónica Ceberio, Rebeca Carranco y María Hervás.

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