Del real de vellón a Internet

Un sólido escritorio de madera en que los empleados del recién fundado Banco de Bilbao trabajaban con visera y manguitos rememora cómo era la banca en España de mediados del XIX.

Bajo la luz de las lámparas de bronce se realizaban las transacciones en el edificio de San Nicolás, en el Casco Viejo de la capital vizcaína, desde que el banco empezó su vida en 1857.

La exposición BBVA: La banca como motor del desarrollo. Siglos XIX, XX y XXI (planta baja del BBVA; Gran Vía, 1) muestra en Bilbao la evolución del negocio bancario a través de los fondos del archivo histórico de la entidad, desde aquellos escritorios mercantiles en los que las transacciones en reales de vellón se anotaban a mano, hasta los cajeros automáticos en fase de instalación, seleccionados por su avanzado diseño informático para una exposición en el MoMa de Nueva York.

El archivo histórico del BBVA, depositado en Zamudio, suma cerca de 14 kilómetros de estanterías. Allí se custodia una colección de billetes que se remonta al siglo XVIII. La selección incluida en la exposición muestra las emisiones que el Banco de Bilbao hacia en el siglo XIX, documentos impresos en una sola cara de un tamaño cuatro veces superior a los 20 euros actuales, y la evolución del papel moneda hasta llegar a los billetes que desaparecieron de la circulación con la implantación del euro.

La exposición incluye el

Un antiguo arcón, reforzado con tiras metálicas, simboliza en la muestra la esencia del negocio bancario. Es la primera caja de seguridad que tuvo el banco, un regalo del Consulado de Bilbao, destinado a guardar el oro que respaldaba las emisiones de billetes en los años en los que la entidad daba sus primeros pasos.

El Bilbao de la segunda mitad del XIX se puede imaginar viendo un cuadro de Manuel Losada que refleja el edificio de San Nicolás, un palacete neoclásico de estilo afrancesado, protegido con pieles de vacuno en las guerras carlistas.

De los documentos fundacionales la exposición pasa a los testimonios de la implicación bancaria en el desarrollo de la navegación, la industria o la minería de finales del XIX.

Con la llegada del siglo XX, surgen nuevas entidades como el Banco de Vizcaya y el del Comercio, y otras manifestaciones del negocio, como el modelo que se desarrolló en Cataluña a partir de la actividad comercial, o el nacimiento de los bancos oficiales, como la Caja Postal y el Banco Exterior de España.

Las oficinas bancarias del siglo XX, con teléfonos de disco y rudimentarias calculadoras, contrastan con los muebles nobles de los inicios, pero aún tienen menos parecido con las que cierran el recorrido. La tecnología permite en el siglo XXI sacar la atención al cliente de las sucursales, adaptándose a sus necesidades a través de Internet o de nuevas terminales.