El crimen de Santaló, ante el jurado

Un tribunal popular juzgará desde hoy en la Audiencia de Barcelona a la trama acusada de asesinar al director del Centro de Convenciones de Barcelona (CCIB), Félix Martínez Touriño, a quien un sicario mató presuntamente por encargo de un subordinado suyo que temía ser despedido. Por el crimen, ocurrido en 2009 en la calle de Santaló de Barcelona, la fiscalía ha sentado en el banquillo a cinco personas con varios grados de implicación en el asesinato, entre ellos el sicario que mató a Martínez y al inductor, para los que pide 25 años de cárcel.

Martínez murió asesinado de un tiro en la nuca el 9 de febrero de 2009, en un crimen que habría urdido su empleado Manuel Moreno. El fiscal sostiene que Moreno encargó al sicario Jorge Andrés M. G. que ejecutara a su jefe cuando supo que le quería despedir porque se estaba enriqueciendo ilegalmente a costa de la empresa. En el juicio, el fiscal pide otros 25 años para el cuñado del presunto inductor, Sahid S. Z., por participar en la planificación, así como para Yader J. C. H., acusado de facilitar al sicario la huida del escenario del crimen. El fiscal también acusa a Pilar Moreno, hermana de Manuel, para quien pide 12 años de cárcel como cómplice de los delitos o, alternativamente, tres años como encubridora, ya que no está claro que conociera de antemano las intenciones criminales de su hermano.

Según el fiscal, Moreno, que era jefe del departamento de audiovisuales del CCIB, urdió el plan e involucró a su cuñado, que tuvo un papel crucial. Este contactó con la víctima con el pretexto de que estaba interesado en comprarle un coche. Así, obtuvo datos e información sobre sus movimientos. Además, según el fiscal, fue el cuñado de Moreno el que contactó con el sicario Jorge Andrés M. G., de origen colombiano y que vivía en Madrid, y con su ayudante, Yader J. C. H. En su declaración judicial, Jorge Andrés identificó a Moreno como el inductor y precisó que este se había involucrado en los preparativos y en el seguimiento de la víctima. El sicario confesó que hizo un primer intento de asesinar a Touriño el domingo —el crimen ocurrió el día siguiente— aunque no lo pudo consumar porque no se vio con agallas. Aquella noche, el sicario cenó con Yader y Moreno, que le apremió ya que temía que Martínez Touriño viajara a Francia para comunicar su despido a los directivos de la compañía, como tenía previsto hacer.

La víctima iba a despedir al cerebro de la trama por irregularidades

El crimen causó gran conmoción en Barcelona y se resolvió en unos meses, con la detención de los implicados. Moreno se acogió a su derecho a no declarar y mantuvo su silencio un año. Lo rompió en octubre de 2010; negó ante la juez que encargara el crimen de Martínez, con quien dijo tener una buena relación de confianza.