Las dos caras del San Pío V

El Museo de Bellas Artes de Valencia, una de las primeras pinacotecas de España, tiene dos caras. Su flamante fachada, a caballo entre el barroco y el neoclásico, con su característica cúpula vidriada. Y su desestructurada trasera. Solo hay que doblar la esquina del complejo museístico y aparece un espacio sin urbanizar desde hace casi dos décadas. Un callejón lleno de baches, una valla caída, solares pendientes de expropiar, casas en ruina, y una vía —del Pintor Genaro Lahuerta— taponada. El entorno del San Pío V, que aloja en su interior los mejores fondos de pintura gótica internacional, está abandonado, certifican los socialistas, que ayer recorrieron su perímetro.

“Las obras están pendientes desde el Plan General de Ordenación Urbana de 1988”, denunció el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Joan Calabuig. “Nadie diría, viendo todo esto, que estamos a metros de una de las pinacotecas más importantes de España”, remachó el concejal, que pide al Gobierno local que tome la iniciativa y urbanice las calles que rodean uno de los museos más visitados por los turistas.

“Esto es un punto muy atractivo para el turismo y no se está poniendo en valor”, opina Calabuig, que pide a la gente que, por un momento, compare el entorno del Museo de El Prado con el del San Pío V. La reurbanización de la trasera, la calle de Vuelta del Ruiseñor, no tiene un coste faraónico, opina la oposición. Adecentar una calle de unos 200 metros, potenciar la rehabilitación de las casas más antiguas que rodean la pinacoteca, tirar abajo varios barracones que impiden la apertura de Genaro Lahuerta, no costaría demasiado.

“Es un desperdicio tremendo porque la situación no viene de un año o de dos, sino que dura décadas”. El grupo mayoritario en la oposición municipal insta al Gobierno que preside Rita Barberá a que pida los 4,5 millones de euros que el anterior Gobierno español dedicó a la quinta fase de ampliación del Museo de Bellas Artes. Un presupuesto que se perdió en favor de otra infraestructura cultural de Mahón porque el Ayuntamiento no concedió al anterior Gobierno la licencia para iniciar las obras de reforma. No hubo acuerdo y los fondos se perdieron.

Ahora, la Generalitat ha disminuido su presión sobre el Gobierno del PP. La consejera de Cultura, Lola Johnson, lo confirmó hace pocos días cuando reconoció su intención de dividir la ampliación del museo. “Nos parece muy interesante trabajar en la posibilidad de que la quinta fase, que es un proyecto espectacular, se pueda parcelar”, manifestó. De esta forma, Johnson reconoció que, aunque aún no existe una “reprogramación exhaustiva”, ya hay una aproximación a que esta nueva fase se divida en cuatro o cinco partes: “Así se podrán acometer las obras de urgencia”, explicó.

Los socialistas piden al Gobierno municipal que otorgue la licencia de obras al Ministerio de Cultura, al que pide que aumente la consignación presupuestaria para la remodelación, que ha descendido de los 4,5 millones de euros reservados por el Ejecutivo socialista a los 700.000 consignados por el actual del PP.

Los miles de coches que pasan cada día por delante de la puerta del palacio de San Pío V tampoco favorecen al museo. Por ello, Calabuig reclamó que se inicien al menos los estudios para construir un túnel por delante del complejo, de manera que se quite el tráfico de la entrada. Piden un acceso peatonal y que el tramo del jardín del Turia que enfrenta con el museo se convierta en un espacio de arte al aire libre, con esculturas. “Que se haga el estudio y cuando haya dinero, que se ejecute. No es un gasto, es una inversión. Es puro sentido común”, concluyó Calabuig.